jueves, 26 de septiembre de 2024

EL OLIVO

 

El olivo,  árbol que en Navarra  desde tiempos míticos  ha tenido presencia en el paisaje, nos ha acompañado hasta aquí. Desde los primeros “oleaster” olivos silvestres o acebuches hasta las empeltrerías de olivas negras y ovaladas  – así llamadas la desde hace mucho en la Ribera-  hasta las más modernas plantaciones de hoy. Es en la zona media y en la Ribera donde su cultivo sigue una tradición ininterrumpida. La gastronomía navarra no se entiende sin el aceite de oliva.

Aunque la zona de producción  más importante para los romanos en Hispania fue la Bética,  la España romanizada  del Norte correspondiente a la Tarraconense,  de la que formó parte Navarra, plantó olivos, los cultivó, los trasformó  y exportó aceite. Pudo introducirse aquí el cultivo,  comercio y trasporte a través del Ebro y de sus afluentes  – Oleum flumen, le llamaron al Ebro (río del aceite),- o a través de la extensa red viaria que atravesaba las tierras navarras camino de la actuales Calahorra , Tarragona o Zaragoza.  Hay constancia en Navarra de restos arqueológicos de   villas de producción agrícola;  específicamente de  aceite en los vicus Los Lagares, (Falces) Los Cerraos ( Sada ) ; villas agrícolas de producción, oleícola  vinícola  o urbanas desde los siglos I a.C al IV.  Existe constancia de restos arqueológicos, salas de prensado y lagos en estas primeras industrias agrícolas de trasformación.

 Considerado por los romanos un producto lujoso, se empleaba  como aceite para masajes y  productos cosméticos de las élites y para el alumbrado.  Estos restos arqueológicos de instalaciones de producción de aceite, aunque menos numerosas que las de producción vinícola, puede decirse que fueron ya las primeras “fábricas”en las villas agrícolas. No conocemos estudios   de  si exportaba el aceite navarro fuera de Hispania  o era sólo para el consumo de comercio interior o propio.

Los musulmanes, pueblo experto en ciencias agrícolas,  mejoran las técnicas de cultivo y conservación.  A ellos debermos  el nombre de “Aceite” “az zayt, en lugar del latino “Oleum. Aunque no quedan, que sepamos,  en Navarra restos arqueológicos oleícolas   de la época de Al Ándalus, sí han pasado a nuestro vocabulario sus términos, lo que demuestra la importancia que tuvo su producción, ya que os  musulmanes, y también los los judíos,  utilizaban  el aceite de oliva en la gastronomía.  En el s XII constan como defensores  de las bondades del aceite el rabino y médico y filósofo judío cordobés  Maimónides y el también médico y filósofo musulmán cordobés Aberroes que nos sorprende escribiendo sobre los huevos fritos : 

"Cuando se fríen en aceite (los huevos) de oliva son muy buenos, ya que las cosas que se condimentan con aceite son muy nutritivas.

 

 Esa tradición olivarera fue recogida en la España cristiana  medieval . Fundaciones de los Reyes de Navarra, fueron numerosas las   abadías de las órdenes monacales del Cister, del Cluni y Benedictinos en la zona ahora  Rioja , Cantabria, o Burgos y  en la zona media o sur de Navarra,  la mayor parte de con trujales propios. Uno de sus más importantes monasterios de Navarra lleva su nombre, el Monasterio de la Oliva, con su correspondiente Virgen: la Virgen de la Oliva, actualmente en Ejea de los Caballeros.

 

También el olivo está presente en la heráldica navarra, como el escudo de la emblemática ciudad de Olite.

 

Esa industria, cultivo , consumo y comercio, aunque  conocieran   momentos de decadencia, se mantuvieron  sin interrupción hasta nuestros días.  Testimonio de ello es  la cita, documentada en el XVI, del trujal rupestre de Solchaga en la Valdorba, propiedad del Señorío de Sochaga. Se conserva el trujal de Cabanillas, de prensa de vigas,   del  Señorío de Belver que fue propiedad  de la familia Arnedo y Antillón . Transformados o desaparecidos  sabemos de la existencia de los trujales mecánicos de  Barazabal o Martín- Landa en Cascante, de  primer cuarto del s XIX; o de  las primeras industrias electrificadas de primera mitad del s XX Fuentes Soria, Duplá, Litago o Gómara,  también en Cascante . El movimiento cooperativo social  crearía más tarde las Cooperativas Agrícolas de la segunda mitad del s XX

 

La Cofradía del Aceite de Oliva de Navarra  prolonga  nuestra tradición olivarera  Queda por   inventariar el   patrimonio industrial de  aquellas instalaciones ya idas y los edificios que aún quedan en pie. Hoy existen museos e importantes edificios arquitectónicos renovadores o tradicionales y  una red de trujales y almazaras

 

 Conviven en Navarra, con innovadoras técnicas,  cooperativas como Arroniz , grandes empresas exportadoras y pequeñas industrias de producción muy especializada y selectiva.  A la Cofradía pertenecen las muy prestigiosas Trujal de la Ribera (Urzante) La Casa del Aceite (Cascante)  Hacienda Ortigosa (Viana) Hacienda Queiles ( Barral,  Monteagudo) Aceite Condado de Martiniega(Corella), y Nekeas (Añorbe, San Martín).

 

Podemos decir que el olivo que es más que un cultivo, un paisaje y un precioso árbol. Podemos decir que el aceite es mucho más que producto, una industria, un comercio, un manjar en nuestra mesa y un cura todo- demostrado- altamente saludable..  Podemos decir, que es un patrimonio de nuestra cultura: Lo decimos.

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