La
prestigiosa Ana Caballé, profesora titular de Literatura Española
de la Universidad de Barcelona y responsable de la Unidad de Estudios Biográficos de la misma
universidad, por encargo de la Fundación Juan March se hace cargo de
la biografía y de la interpretación de la obra, el contexto y la
personalidad de la reformista social y escritora Concepción
Arenal: Concepción Arenal, la caminante y su sombra. editada por Taurus, Barcelona, 2018. La biografía forma parte de la colección Españoles
Eminentes que, bajo el consejo asesor de Juan Pablo Fusi y Ricardo
García Cárcel, está ocupándose del estudio de destacadas
personalidades españolas que por su obra humanística, o también
por su ejemplaridad moral o ética, forman parte de la alta cultura
histórica y siguen teniendo vigencia en nuestro presente. Rigurosos
y amenos especialistas han escrito las biografías del Cardenal
Cisneros, Bartolomé de las Casas, Mariano José de larra, Benito
Pérez Galdós, Pío Baroja, Ignacio de Loyola y Miguel de Unamuno.
Dos mujeres forman parte de la colección, Emilia Pardo Bazán, de la
que me preocupé en mi anterior entrada, y Concepción Arenal, que
hoy traigo al blog. Española eminente, pero no fácil de comentar.
Arenal, pensadora, crea su propio sistema filosófico aplicado al
dolor y la marginalidad, desde la abstracción del origen hasta la
concreción máxima de los modos de aminorarlo o atajarlo, en una
sociedad en que la delincuencia iba aparejada a la pobreza y la falta
de conocimiento. Hoy sigue vigente su pensamiento humanitario entre
los nuevos humanistas en la obligación moral de la protección del
débil y de la conmiseración ante el delincuente y el menesteroso,
por más que, entiendo, en poco se parezca la situación social del
siglo XXI occidental al hacinamiento y desprotección del miserable
del siglo XIX. ¿Se parece? No cantemos victoria todavía, las
llegadas de desfavorecidos de otros continentes ponen de relieve que
es necesaria la compasión y el parecer con “el otro” para poder
continuar avanzando en derechos humanos. Esa es la vigencia de
Concepcion Arenal. Su patria, dice Caballé en uno de los capítulos,
llegó a ser el mundo.
Caballé
investiga minuciosamente la vida y obra de la pensadora, desde su
nacimiento en 1820 hasta su muerte en 1893 La obra iniciada con
poemas juveniles íntimos expresando el dolor por la muerte de su
padre o de su propia extrañeza ante el mundo que le tocó vivir, al
que no se adaptó, fue abarcando en sus preocupaciones el dolor de
toda la humanidad. Grandeza moral la de la pensadora que se adentró
en el camino del conocimiento del dolor, experimentado por ella misma
con la destitución política y la muerte de su padre, militar
liberal, de su pequeña hija y de su marido, con el que tuvo identidad
intelectual y afectiva, y llegó a abarcar la preocupación por todos
los desclasados y miserables de la humanidad. La meditación sobre el
dolor humano como fuente de madurez, iniciado en sus paseos,
solitaria y excéntrica, por la Cordillera Cantábrica, acabó siendo
su gran aportación como la gran reformista social del siglo.
Modificaron las leyes sus ideas humanitarias plasmadas en ensayos, en
el deseo de integrar a las capas sociales más desvalidas: Los
delicuentes, hombres y mujeres hacinados en las cárceles; en el caso
de las mujeres con niños pequeños a los que no se les prestaba
ninguna atención; los obreros- en el momento más penoso del abuso
del obrero por la incipiente industrialización; y las mujeres, tanto
de las prostitutas como de las burguesas. Censuró los
ajusticiamientos con espectadores, como espectáculo indigno.
Fue
la primera mujer española en ostentar un cargo público, punto de
inicio en la participación en la vida pública de las mujeres. Fue
Visitadora General de prisiones. Conoció en vida la escritora
premios y reconocimientos nacionales e internacionales, aunque su
difícil personalidad le hizo rehuir los focos. Quizá ese es la idea
de Caballé cuando titula “y su sombra”. Porque Ana Caballé,
como responsable de a Unidad de estudios biográficos de la
Universidad de Barcelona y experta en la literatura del yo, no se
conforma con investigar su biografía, dar datos nuevos o aclarar
confusiones de otros biógrafos precedentes; aventura su propia
interpretación de los por qués de su más honda personalidad, lo
que a mi me resulta muy interesante.,
Mi
interpretación se basa en la interpretación psicológica de Caballé
a la que añado mis interrogantes. Me detengo en el origen social de
Arenal, pertenecía su madre a una clase entre la burguesía y la
aristocracia gallega y era su padre padre militar liberal,
represaliado, a pesar de su participación en la Guerra de la
Independencia, y alejado del ejército por la política absolutista
de Fernando VII. La rebeldía a aceptar las normas por las que la
sociedad se regía se inicia en Arenal desde muy temprano, y es
también un rechazo a su propia condición femenina y a las
convenciones de la familia materna y una cierta aversión a la propia
madre, tal vez como negativa a asumir el papel impuesto por ella que
la pensadora no quiere desempeñar: Ser mujer . Comparto los
criterios de Caballé e ignoro si, como Freud con respecto a los
niños, hay estudios psicológicos en las conflictivas relaciones
materno filiales, nada dice Caballé al respecto. El rechazo ante la
madre – matar a la madre, suplantar a la madre- es similar en la niña,
entiendo al del niño con respecto al padre.
De
familia económicamente pudiente pese al fracaso paterno, Arenal no
necesitó el dinero para vivir sobriamente, ya que era poco dada a la
ostentación. Recibió la educación que se daba a las mujeres, nada
científica, que ella suplió con lecturas, asistencia de incógnito
a clases y la búsqueda de amistades ilustradas. Casó con el abogado
Fernando García Carrasco con el que colaboró en la revista
progresista Iberia, frecuentando relaciones con ateneistas y
progresistas como Olózaga o Pedro Calvo Asensio, fundador de La
Iberia. Las cartas cruzadas con su esposo muestran una Arenal
enamorada y femenina, dato interesante ya que la reformista fue
acusada de mujer viril, e incluso ella misma se considera cabeza
viril en corazón femenino. A la muerte de su esposo, con sus dos
hijos Fernando y Ramón, abandona Madrid y se refugia en Asturias y Galicia. La
aspereza inconformista de su carácter acusa cierta bisexualidad que
Caballé tacha de emasculación, ya que intentó de todas las formas
posibles disimular su femineidad con aspecto y ropajes masculinos.
Esa lucha entre la condición femenina, que intentó ocultar, y su
capacidad mental, considerada como atributo varonil, entiendo, puedo
causar la sombra personal de su carácter que desdice de la
luminosidad de sus hallazgos sobre la condición del mal en el mundo
y su entrega a las causa más justas para combatirlo. Quizá cada ser
humano atrae o intenta atraer por lo que considera más valioso de su
persona y Arenal consideraba que su poder de atracción era mental y
no físico, por tanto las cartas cruzadas con amigos y admiradores
acusan ese juego intelectual, así como el sentido del humor propio
de la inteligencia, humor que luego no parecía tener, pues se
mostraba muy dada a la queja en su vida diaria. Entiendo yo que hay
en las personas que van de víctimas una cierta necesidad de
manipulación, de llamar la atención, pese a que dice quería pasar
desapercibida y no se prestaba a actuaciones públicas. Era
progresista, como lo había sido su padre; en sus planteamientos y en
sus relaciones establecía contactos con personas de intereses
afines, tanto amigos creyentes como el cura de Colloto o Jesús de
Monasterio, con el que colaboró en las Conferencias de San Vicente
de Paul, como con amigos institucionistas agnósticos como
Francisco Giner de los Ríos con quien existió amistad cordial,
admiración y afecto. Pero su amistad más íntima y su compañera de
fundaciones, y obras de beneficencia fue su amiga la liberal y
progresista condesa de Espoz y Mina, Juana de Vega. Su amistad y los
intereses filantrópicos comunes fue muy positiva para Arenal, que se
refugió en casa de la condesa en los momentos más desasosegantes de
sus frecuentes crisis, que somatizaba en forma de dolores de cabeza.
Arenal era, como la condesa, monárquica , aunque ambas rechazaban
la corrupción de la corte pues Juana de Vega, que había sido
durante la regencia de Espartero tutora de Isabel II, achacaba la
falta de preparación intelectual de la Reina a la mezquindad con que
había sido educada por su madre Cristina de Borbón, las intrigas
cortesanas y la ambición materna. Pero la caída de Isabel II no
aminoró la actividad de Arenal. Ambas Damas emprendieron una labor
humanitaria laica muy premiada por los gobiernos progresistas de la
época, por los desvalidos y enfermos a quien llegó su ayuda eficaz
y compasiva.
Quizá
la obra de los “ españoles eminentes no pueda ser explicada por su
biografía. En el caso de Arenal sus ensayos llenos de aportaciones
humanitarias, rebasaron el interés nacional y conocieron la
admiración de los mejores penalistas y juristas internacionales. A
la viuda de Mina va a dedicar su ensayo La Beneficencia, la
filantropía y la Caridad,
obra premiada en la Real Academia de Ciencias Sociales. Es
su primer ensayo publicado y su segunda publicación tras Fábulas
poéticas de contenido didáctico en 1851. La pensadora supo
articular en su ensayo los deberes del Estado, la beneficencia, la
filantropía propia de fundaciones cívicas, y la caridad, actitud
personal ante el dolor ajeno. La actividad filantrópica en el caso
de Arenal se tradujo en una planificación lúcida de como trasformar
la sociedad actuando dando forma a fundaciones filantrópicas y benéficas. Su
mérito consistió en la sistematización y el estudio que la
pensadora iba planificando y dando a la luz en forma de ensayos , tratando en ellos las
causas , los efectos y la forma de combatirlos
Aunque
Arenal huyó de la política, sin embargo me planteo si hubiera
podido publicar y ganar concursos- se presentaba a todos y los
ganaba- si su pensamiento, brillantísimo, no hubiera estado en
consonancia con el liberalismo político dominante. Salustiano Olózaga, fue en
este caso quien firmó el premio. Su obra se prolongó con títulos
imprescindibles, El visitador del pobre; Carta a los
delincuentes; El reo, el pueblo y el
verdugo y o la ejecución de la pena de muerte. El derecho de
gracia ante la justicia. Cartas a un obrero;Ensayo sobre el derecho
de gentes . En
1870 crea la revista La voz de la caridad .
Sus
ensayos y artículos configuran una filosofía sobre el mal, el
dolor, la redención de penas, la compasión, la dignidad humana.
Consiguió la admiración de Francisco Giner de los Ríos y de sus
amigos institucionistas, la fuerza educativa más influyente a
partir de 1868 tras el exilio de la reina, durante la Monarquía de Amadeo I, la Primera República y
, la Monarquía de Alfonso XII y la II República.
, la Monarquía de Alfonso XII y la II República.
Muy
notable defensora de los derechos de la mujer, en primer lugar al
derecho educativo. Colaborará con el krausista Fernando de Castro
en Las conferencias dominicales para la educación de la mujer,
celebradas en el paraninfo de la
Universidad de Madrid, escribiendo
reseñas que abogaban por la capacidad femenina para ejercer tareas
como el sacerdocio femenino, que aventura Caballé, hubiera deseado
ser. Formó parte de Ateneo de Señoras El
mismo año , 1869 dará a la luz La mujer del
porvenir. A la mujer dedicará otro ensayo,
La mujer de su casa. Protofeminista
Arenal considera
que la mujer es superior al hombre por su capacidad de dar en vida,
lo que la
hace más empática. Se
sorprende que quien considera a una mujer capaz de ser madre de Dios,
le niegue la capacidad, por ejemplo, de ser funcionaria.
Afirma
su capacidad para ser admirada y valorada, como lo es
María.
Y es que en esa preocupación por los desfavorecidos, en
los que incluye a la mujer,
había, entiendo, un origen religiosos en
el inicio, aunque luego se
convierta en amor a la humanidad sin credos. Cree en la humanidad por
la humanidad misma. Heterodoxa,
en su ensayo sobre Feijoo afirma que los credos son opuestos a la
verdad y al racionalismo. No
recibió a su muerte los sacramentos.
Un gran trabajo el de Ana Caballé que recomiendo vivamente.
¿Podemos
considerara a Arenal Romántica? Entiendo que una de las
características del romanticismo es la preocupación por los
marginados, cualidad esencial de la ensayista. Pero es su amor, su
sentimiento empático hacia todos los que sufren, y por encima de
ello su capacidad de llevar ese amor más allá de un sentimiento
racionalizándolo, haciéndolo carne de su carne, lucha de su lucha y
poniendo toda su inteligencia y su voluntad en entenderlo y
remediarlo, lo que hace que hoy Concepción Arenal sea considerada
como la más lúcida pensadora del siglo XIX y que su obra deje
abierto un camino de ética humana que tiene el nombre de compasión
y de misericordia.
https://charofuentes.blogspot.com/ blog de creación propia.