martes, 19 de junio de 2018

Del feminismo

Estaré siempre al lado de las personas que son   sin machacar a nadie

 1. Creo yo que el feminismo empieza por valorarse a una misma y no devaluarse ni con artimañas ni con mentiras ni con coba ni con súplicas, lo que no impide dar oportunidades de corrección de actitudes. Ser noble y ser sincera. Pero a veces, antes que pleitear, es más sosegante tachar, sobretodo si una se codea con mafiosos. No todas soportamos los escándalos. Es cuestión de educación y también de civismo

 2. Creo yo que el feminismo se continúa por la conciencia de lo colectivo. Lo que a mi me pasa puede que nos pase a muchas, que nos pase a todas. Pero no, no nos pasa a todas porque no todas jugamos con las mismas reglas. Pero, a pesar de todo, no hay lucha del yo sin un nosotras. Son importantes los pasos que se dan y la solidaridad que se consigue.

 3. Creo  yo que ser feminista es opuesto a que una mujer no puede ser otra cosa que ser feminista ni dedicarse a otra cosa que ser mujer. Ni dejar el campo profesional o cultural, por voluntad ajena, libre para los hombres que le exigen que vaya de mujer y con mujeres. Eso es manipulación interesada y miedo y mala voluntad y trampa. Y mucho menos que por ser mujer no tenga derecho a ganarse la vida - no ir de gratis y florero- para si y para los suyos. A menudo los hombres depredadores, como las fieras de la selva cuando planean su estrategia de ataque, atacan a la mujer cuando pasa por su etapa más vulnerable, como lo es la maternidad. Aquí empieza la discriminación y el acoso profesional.

 4. Creo que ser feminista no es asumir de pe a pa la ideología de género. La libertad de pensamiento consigue que cada mujer trace los caminos propios para alcanzar objetivos. Se puede ser feminista y no compartir las formas con que determinados colectivos actúan. Cuanta más rica es una sociedad, más plural es el pensamiento de los individuos y los colectivos sociales que la componen

  5. Y creo  que ser feminista es estar por la igualdad de derechos y de oportunidades. Así de fácil. Y pienso también que acosar físicamente, moralmente, económicamente o intelectualmente a una mujer apropiase de su cuerpo sin su consentimiento, de su trabajo sin pagarlo, de su inteligencia - que es espíritu- sin reconocer la autoría, de sus ideas robándolas, de sus obras echándoselas encima como propias, es sencillamente ser amoral, a-ético, bestial, desvergonzado, manipulador y machista. Y los que así actúan merecen nula consideración y ningún aprecio. Ni respeto