miércoles, 27 de septiembre de 2017

Con un papagayo verde. 12 Mitos y Figuras

Con Un Papagayo Verde (Colección La Lira de Licario) (Colección La Lira de  Licario): Charo Fuentes: Amazon.com: Books


ANTIGONA


La consigna. Señas de identidad.
Detente, en vano intentas
esquivar, romper, saltar el cerco.
Será tu último acto de amor.

Reconócete extraña y ríndete
Nada será posible, nada es posible, nada sera-a-a-a-a,
Antígona
montaraz e incómoda,
el coro lo reclama:
Acepta el peso de la regia ley:
Manos en los bolsillos para siempre.

Tragedia (a discreción)

- No vaciles y entiérralo(s)
a refrescante burla. Sé incorrecta.


***

MARIA SOROR


Confieso ( pues pudiera enfermar de pasmo)
haber soñado mucho por mi culpa a destiempo.
Es mi descargo asegurarle a usted
que no violé su intimidad,
ni le fingí pastora, o cortesana,
sofocos, ni desmayos ni desdenes.
Pero ha pasado el tiempo de la culpa, ya nadie
puede obligarme a las genuflexiones.
Declaro
ante usted, ante mi, ante vosotros
hermanos etc, etc
que el defecto es congénito
voy a seguir soñando por mi culpa
mucho
burlándome de la cara del tiempo
llamando amor al odio,
plantando los desplantes y las uvas
de los humanos dioses.
Confieso, en fin
que he vivido mucho
estúpida de mi, pues con el pensamiento.




***


JUSTINA


No me digas que no te lo predije,
utópica infeliz,
siempre a ras de las tejas.

Gastando corazón y gasolina
hallaste la verdad, que no virtud.
Tente la ropa, hermana, si la eludes.

Me hastía tu respeto,
tu testarudo aguante
y hasta la metafísica de tus párpados.

Coge tu voz y déjate de coplas.
Inténtalo, Justina.
¿No ves como yo río?
- a dentelladas.


***

SALOMÉ
El amor es nuestra libertad
M Kundera

Ella exigía el sueño: “ Su cabeza traedme”
Bailó, gimió, amenazó,
puso la carne encima de la mesa.
Pero el sueño irradiaba descabezadísimo.

El amante solícito reconfortarla quiso,
rindió a sus pies el cuello privativo,
decapitó las privativas ansias.

La propia defección diseccionada
aseguró la carne.

Acabado el despiece, él mismo se sirvió
- impoluto servicio-
caliente y con limón en la bandeja.



***


LA MAMBA NEGRA


La negra piel curvosa, acerada, mimética
confusa en la hojarasca de unos brazos,
erguida la cabeza zizaguea,
negro cabello negro
huele a mullida trama y a densidad salvaje.

Su negra tripa negra cosquillea otra tripa
de palidez de arena, suavemente anillada.
Brusca otro tronco el suyo friolero.
Amor, gota caliente, cerca sus labios negros
y le trepa la angustia
de bullir despaciosa en un abrazo humano.
Piel cetrina y cerrada, redonda, indiferente
se ha dejado estrechar, gélida, y halla
el frío contagioso
y el dolor de un calor incontagiable.

No existen besos negros.
La esquiva mamba esconde
morder su boca y derribar sus labios.
Potencia negra, cierra
los ojos, siente frío
en la espalda, frío en la boca fría
y se deja batir
en los acompasados aullidos de la carne.


***


LA MUJER DE LOT

Sabías la impiedad de los divinos
y no los delataste
¿De qué te sirve ahora
caritativo el gesto?

Designios tan soberbios
testigos no soportan.
(Mucho mejor estatua sin la femenil lengua)

Ni a ti puede salvarte mirar atrás.

* * *

NARCISO

Niño, que te vas a caer al río
F García Lorca
No te desdobles más.
Quédate ya contigo en tu corola rubia
desde el fondo del agua, desde el lecho.

Asomada hasta el quicio de tu muerte vistosa
¿eres tú quien emerges y me turbas
o soy yo, que me arrimo a tu carnívoro
corazón abisal de inmateria y de bulbo
y me voy desliendo
amor o muerte entre las ondas líquidas?
Traga tu voz, fracasa mis latidos
que me falta la tierra, que me falta.

Fuera de mi tu beso
de Dios enamorado de tu egótico amor,
adentro la hermosura de tu encuentro.

Y sin embargo
alargarte los brazos
y rozar con las yemas el tallo desprovisto
volar hasta tu centro,
dulcemente libarte
aunque haya de morir tan agua como tú
tan amarilla.

* * *


PORDIOSERA


-La paz sea contigo, me decían.
- En paz, me dices.
Con tu pan te quedo.

Yo no busco tu paz de perra gloria.
Vale- tuyo el trofeo.

Mujer no soy de paz, yo soy guerrilla
de corazón en celo.

Pero voy a seguir,
libre mi infierno.

Soy lo que soy, viviendo boca abajo
o boca arriba
o reventando al cielo.

Tuya la paz, el pan y la renuncia.
Quédate con tu paz, yo soy palabra
mío es el menos


***

MUSA


Despertó, purpurina en sus páginas,
hoja seca
signos de fuego, corazón o rapto.

Recompuso la ropa, alzó la risa.
No logró desclavar el acerico.

Pero se fue, desnuda de rencores
como llegó y estuvo:
liberta mariposa, palabra.

***

LEDA

Tal vez te confundiste, ella
hubiera preferido
tu cuerpo mortal y terrícola
antes que solazarse
en fatuas plumas diáfanas de pato.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Con un papagayo verde , tres poemas

Con Un Papagayo Verde (Colección La Lira de Licario) (Colección La Lira de  Licario): Charo Fuentes: Amazon.com: Books

GRAN SIMULADORA


Es una ilusionista. Te hará trampa.
Mercader, ten el paso,
sus poemas son tuyos.

A la chistera acércate y vibrará a tu ritmo.
Mujer, tórtola, cinta
abismo o blanca nausea
volará entre tus dedos de carne y hueso.

Escribir es un irse
devorando.

Toda la magia por tu día tangible
aunque sea de amor
o de quizás
truco.


PAJARO
Con las metáforas no se juega. El amor puede surgir de una sola metáforas
M. Kundera
Saltabas tú palabras
obstáculos, enredos
de ramaje en ramaje, tema a tema.
Callaba yo el deso, la ansiedad

Pude alargar la mano
y echar a la repuña confidencias.
No lo quise intentar ¡eras tan vivo!

Mi gozo era saberme
tan solo espectador, jamás trampero.


REFLEXIÓN

Miento
Sublimo, me arropo
Retráctil me enmascaro

Conceptos
Ritmos
Sema
Soledad
Palabras

 de Con un Papagayo Verde, Madrid, editorial Orígenes, 1989

martes, 5 de septiembre de 2017

" Preámbulo para una poesía natural y ofrecida", por Luis Jiménez Martos

                                                       Luis Jiménez Martos, una memoria de Adonais | Agenda | EL PAÍS
 
Luis Jiménez Martos. Salvar un libro es también salvar el tiempo en el que se hizo y  salvar a los amigos que le regalaron su atención. No es por mi gloria salvar al amigo y esta crítica. Si salvo el poemario y lo echo al viento de las redes, necesito lanzar también sus palabras - se lo debo - para volver a recordarlo:  Lo primero que me sorprendió de Luis era su socarronería, su ironía fina cordobesa y la gracia con la que contaba anécdotas de su prestigiosa colección Adonais, las sabrosas anécdotas de sus premios, yo que pensaba que aquello era tan serio: Rialp y su rosa. Mi primer recuerdo de él fue nuestro encuentro en Prometeo, o quizá fuera en las peregrinaciones poéticas, concretamente a Teresa de Jesús, cuando fuimos un autobusico de vates a Ávila y Alba de Tormes, echando versos. Recuerdo yo a Juan Ruiz de Torres, nuestro presidente y arcipreste (creo que el mote se lo puso Luis) que nos gritaba a las chicas que pegáramos los cartelones y allá andábamos andurriando por plazas y ateneos. Luis solía hacer chistes con Manoli Pérez, que también era capaz de reirse de un cuadro. La última vez que estuve con Luis fue en el Palacio Real, en un recital de Valente. Amparo Amorós y yo , que íbamos detrás de él, vimos cómo perdía el sentido total del equilibrio, torcía el camino a la escalinata y se caía con estrépito. Corrimos en su ayuda, lo levantamos, le pedimos un taxi y se marchó a su casa. Llamé al día siguiente a su mujer. Debía tener algo de corazón, pues murió al poco tiempo. No estaba yo en Madrid. No mido a las personas por sus capacidades- que sí- sino por su sencillez de darse en la amistad y en la sabiduría. Le recuerdo.



PREAMBULO PARA UNA POESÍA NATURAL Y OFRECIDA

Luis Jiménez Martos.  Prólogo deTorremozas

Me encontraba con Charo Fuentes en algunos de esos actos de la poesía (sociedad limitada) o en la calle. Por preciados, donde suena la música de la miseria, fue el último, por ahora, de nuestros paliques. Siempre la misma impresión de hallarme ante una persona muy viva que, como su primer apellido, mana. Hay pocas así. Es justo contar a Charo entre las abiertas, acuciantes por los deseos de hacer, en vilo el afán de los proyectos y de las proyecciones.
- Estoy tratando de organizar unas jornadas de poesía y me interesa que tú colabores.
- De acuerdo
O bien:
_Me voy a Pamplona. Tengo que trabajar mucho allí.
Y en Pamplona, su tierra, sigue, hasta no sé cuando. Es difícil imaginarla inmóvil. Tal vez en la próxima movida sanferminera corra ante los toros por la Estafeta. Su voz al teléfono elimina la distancia y borbotea según costumbre. Es una forma de seguir conversando.
Aquí estoy dispuesto a una faena que no suelo hacer, salvo si se trata de libros míos. He empezado a dar las gracias a Charo y a Luzmaría, que, tenaz y acertadamente, va poniendo títulos y nombres en el catálogo de Torremozas. La revolución de las poetisas no hay quien la pare, en réplica a la perversidad discriminatoria. Me encanta penetrar, casi como un furtivo, en ese cercado, para poner unas letras urgentes,.
Uvas Torrenciales se llama el pretexto de esta colaboración que me honra. En esos vocablos se verifica el enlace de la jugosidad del fruto y del sonido que cae. Una sinestesia muy expresadora nos sale al encuentro, una promesa de lo que vamos a hallar enseguida: dinámica, sabrosa. En el arranque se encuentra todo un programa de e de esa actitud en tres tiempos: uno para llenar de cosas heterogéneas los bolsillos del amado; otro en el que dice: desnudaré mis ritmos y mi imagen/hasta que me desees/ con el alma y el trigo ; y por último el anticipo de una certeza rendida: “ Y dormiré en tus eras/ toda una fértil noche de silencios”.
De Hispanoamérica llegó, durante el primer tercio de este siglo, una erótica, poética y femenina, que supo salirse de la estricta confidencia romántica y, también, de los propios límites del amor, para ser como un estallido natural, como una afirmación anhelosa. Viene a la memoria Juana de Ibarburu, tan diferenciada del acento grandioso y tierno de la Mistral y la vocación sáfica y trágica de la Storni.
Ella significaría una especie de hora cero en el nuevo modo de que la mujer asumiera plenamente su femineidad, su desafío ardoroso, su decidida y conmocionada presencia en la literatura, trazando una frontera que, desde entonces, ha ido ensanchándose. No viene a cuento ejercer, en absoluto, crítica hidráulica, según la denominó Pedro Salinas con donosura socarrona incomparable. Esa onda del Sur supuso una fecundación en toda regla. Ya se nota, por otra parte, que a Charo le bastan sus fuentes; pero no hay duda de que aquella raíz, hoy renovada, persiste. No vacilo al situar Uvas Torrenciales en una atmósfera vitalista, fragante, libre, crujidora y tierna. Tiene lo suyo de turbión que no admite espera para el desencadenamiento, de canto ofrecido, no sin guardar, en lo posible, la ropa identificativa. Fusionarse con el otro, al que se le dibuja triste, incluye contagiarle la alegría, aunque sin que, en el abrazo que se pide, quede borrada quien lo sueña.
Hay dos impulsos en la poesía de charo fuentes. Una se dirige hacia el objetivo erótico con la compañía de referencias naturrales: racimos, pájaros, flores, olor, agua... La garra antirretórica, base de su estilo, busca apoyos en los que en esos “cobíjame”, “trepa”, “yérguete”, “asciende”, entre otras formas verbales dulcemente imperativas. La incitación a la pura desnudez resulta patente y, en doble sentido, porque el otro impulso se concentra en el deseo de iluminarse y traspasar las paredes:”Si no me atenazara, me mordiese/ mi propia soledad tal vez no consiguiera/ romper mi ego concéntrico/ en el círculo abierto de otros ojos.
Al descubrir el yo, al decirnos quien es, nos asomamos a ciertas complejidades de la persona, a una preocupación llevada a los límites de la metafísica. Charo Fuentes no incide en un erotismo a secas ( es un decir) ni tampoco en una reflexión igualmente sin mezcolanza. Uvas Torrenciales viene a ser una suma de latidos. Su palabra se ennuda, por lo común, con ímpetu y exactitud. Poesía directa. Poesía fibrosa. Poesía respirable y, casi siempre, agitada. Su hermosura y emoción crean signos que se derivan de ese fresquísimo trance en que transcurren los poemas.
En el frontispicio, Charo fuentes invoca a Whalt Whitman, tan fundamental para Pablo Neruda. Otra vez América indicando el camino. No resulta baladí que recordemos la cita.”Soy puerto para bien y para mal./ Hablo sin cuidarme de riesgos/. Naturaleza sin freno, con elemental energía” Y recordarla con uno de los versos claves de este libro: “Que toda la potencia se emancipe”.
Es lo que ocurre aquí. A la mujer le adjudicó Antonio Machado “El anverso del ser”, lo que la intimiza. Ahora, en estas páginas, tan temblorosas, el envés y el haz se hallan a la vista. Cuando la poesía no sirve para que quien la escribe se nos revele, en qué poco consiste. Charo Fuentes radiografía a charo Fuentes usando los rayos x de la pasión lúcida. En el remate de esta entrega habla de “impulso” “aliento vital” “fértil contacto”, “luz”, “duende”.
A y otras me remito sin mas explicaciones
Madrid ,enero 1986




























viernes, 1 de septiembre de 2017

soy fuerza. Soy pasión. Soy esperanza

Soy fuerza. Soy pasión. Soy esperanza.
Soy duda. Soy angustia. Soy locura.
Soy fuego. Soy glaciar. Soy aventura.
Soy claridad. Oscuridad, semblanza.


Soy eterna y efímera mudanza.
Soy potente y latente conjetura.
Soy recelo letal, vital bravura.
Soy presente y ausente adivinanza.


No intuyo mi razón. Huyo la muerte
y, aunque sé que es el barro mi destino
voy buscando- insurrecta en el camino


esa mano de nieve que despierte
del barrro al hombre, al alma del ensueño.
Ser todo o no ser nada. Ese es mi empeño.

Uvas Torrenciales, Madrid, Torremozas 1986