Conservan las ciudades cicatrices
marcas que fue dejando el trasiego
mujeres y hombres nunca olvidados, desaparecidos.
Casas de ayer, hoy ocupadas por otros que transitan
guardan, como Pompeya, el hueco de la materia humana,
la señal de la consumación.
Recrea la memoria
señas que hoy son inútiles, vacío.
tertulias que antes fueron y no son
tabernas, tiendas, foros que se desvanecieron
amigos, manos, risas que no escuchamos
calles heridas por ausencias.
Restan signos escritos, ecos gráficos
libros abiertos con sus voces:
PREGÓN
Madrid parada y fonda, centro de España, ombligo
mío, amante y abierto, libre te siento yo.
Si estoy lejos, te extraño y quiero agradecerte
que nunca me exigiste credo ni filiación.
Te escribo - eras la fiesta de un ayer enredado
en el fraterno abrazo de júbilo - un pregón.
Te escribo porque quiero unir esa voz mía
a las voces más viejas con mi tono y mi voz.
Corrales de comedia, desmesura de Lope
Alonso de Contreras, un soldado español
Francisco de Quevedo, la sátira y la hondura
Góngora y su retórica nos culteranizó.
¿Es nuestra vida un sueño? ¿vivimos? ¿o es un Auto
Sacramental Teatro del Mundo? Calderón
Marcela de san Félix, poeta trinitaria
o María de Zayas y de Sotomayot
D. Ramón de la Cruz graceja en sus sainetes
y se suicida Larra, Pobrecito hablador
violetas de Zorrilla, espectros sepulcrales
de doña Inés de Ulloa y del Comendador
Bécquer muere de tisis y sus Rimas perviven
Fortunata y Jacinta son España y Galdós
Irrumpe Doña Emilia y en la Corte apabulla
te pinta Matritenses Escenas D. Ramón
Mesonero Romanos, cronista de costumbres
Fernández de los Ríos, un librepensador
José de Echegaray, el primer Premio Nóbel
Jacinto Benavente el segundo, español
Jardiel Poncela mira con los ojos fatales
Muñoz Seca se ríe y nos monta un dramón
D Ramón del Valle Inclán esperpentiza
y deforma y reforma el teatro español.
Concha Méndez y Cuesta, nadadora es atleta
vanguardista del Arte de estética impresión
D Dámaso y D Pedro Salinas, profesores
poetas madrileños de su generación
Manuel Azaña intriga, preside el Ateneo.
la mujer logra el voto con Clara Campoamor.
Sombrero - o alpargatas - por vez primera estrena
derechos ciudadanos en la Constitución.
¡Ay Madrid rompeolas, pulso de las Españas
que lates y que acoges, vivo te vivo yo.
***
Y no hay romanticismo en mi nostalgia,
juegos de luna opacos.
Hay reconocimiento de tu modernidad urbana
de tu altura industriosa, de tu culta
civilidad ilustrada, hija de la razón.
Puerta del un mundo abierto y generoso
me siento un poco tuya, de todos tus Madriles
y porque me acogísteis
escribo este pregón.