Yo no buscaba tu sepultura,
Federico
García Lorca,
seguí tu rastro vivo.
El duende de Granada
apareció gritando
sonidos negros
los sonidos de la
genialidad y el desgarro.
Era el misterio, el
éxtasis vital, el aguijón que apuñala
y que estalla en el clímax que es la muerte.
Su inquietante hermosura anudaba lo íntimo con la raíz de la
tierra,
para llegar al Sur y
detenerse donde nació tu duende:
“Para buscar al duende no hay mapa ni ejercicio”.
Vagué por el Paseo de los Tristes
con sus puentes lamidos por el musgo
subí la cuesta umbrosa
de la Alhambra
presté el oído a la risa
verde que jugaba a ser agua
y brotar como lágrima
dulce
olí los turbadores jazmines, las rosas, los geranios,
las flores de azahar de los naranjos.
y me bebí toda la fragancia
de tu Generalife.
Ramitas de romero en la Madraza.
Por la cuesta de Chapiz ascendí al Albaycín,
contemplé el cielo
rojo, las casas encaladas,
oí la viva cháchara de
la gitanería a en el Sacromonte,
donde tocan flamenco
las guitarras y bailan los gitanos
y todo el romancero.
En la Huerta de San Vicente escuché la casida:
“Por las ramas del
laurel
vi dos palomas oscuras
La una era el sol,
la otra la luna.
“Vecinitas”, les dije
“¿dónde está mi sepultura?”
“En mi cola”, dijo el
sol
“En mi garganta”, dijo la luna..”.
Yo no buscaba tu sepultura, Federico,
seguí tu rastro vivo más allá de Alfacar
al pie de la sierra de Alfaguara
llegué hasta Aynadamar
la Fuente de las lágrimas
que en cristiano se llama Fuente Grande.
La acequia donde emana el agua del manantial
tiene forma de gota.
Me arrimé a su pretil.
Emergían del fondo en pequeños racimos burbujas que lloraban
Pero yo no lloré, quien a Granada llega,
sabe que, desde el Mulhacen hasta las huertas bajas
donde se sigue cultivando el tabaco y la caña de azúcar,
todo en Granada se asoma a Federico:
“Si muero
Dejad el
balcón abierto”.
Charo
Fuentes
Pamplona,
22mayo 2023
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