Una cosa es el orgullo, algo parecido a la vanidad extrema y otra muy distinta el concepto de la propia dignidad, absolutamente necesario para sobrevivir y ser coherente con uno mismo.
Mi experiencia me dice que hay personas que se consideran heridas por alguien que puede que en absoluto ha querido herirlas y achacan a la persona a la que consideran responsable de orgullosa. Yo entiendo que es el reflejo de su propia vanidad herida. Narcisistas quizá que achacan su herida a la soberbia o altivez de otro, y que no es tal. Por eso, antes de considerar a una persona que no conocemos como orgullosa porque lo dice otro, hay que acercarse para tener el propio juicio.
Suele ocurrir que, en un mundo poblado por narcisos, a veces tropieza el vanidoso con personas que no se rinden y son reacias al halago inmerecido, lo cual no quiere decir que sean orgullosas, ni que lo desprecien. Entonces el necesitado de admiración, si no lo consigue intenta destruirlo.: "Vamos a darle caña a ver si lo aplasto y baja la cabeza"
Ante alguien que intenta machacarte, solo cabe el concepto de la propia dignidad para no consentirlo. Y si el herido quiere vengarse con el bloqueo social o la humillación, bien merece un desplante.
No es orgullo, es no consentimiento. Me pasa.
Las personas narcisistas, si se sienten heridas, menosprecian al otro. Intentan derrocarlo porque así demuestran la superioridad propia. ¿Pero por qué se sienten heridas? ¿Es hipersensibilidad ante lo que consideran rechazo ?
Quien humilla a otro que no piense ser apreciado por el humillado, porque no lo merece..
Todos podemos tener a veces rasgos narcisistas de los que debemos tener conciencia y que debemos superar. Hay quien sabe que tiene que hacerlo y hay quien ni lo intenta.
Pedir reciprocidad en el trato y no sometimiento al otro no es orgullo, es concepto de la propia valía como ser humano, con todos los defectos y todos los méritos.
Consideramos machismo y vejación el desprecio a la mujer y el acoso, sea físico, económico, social e intelectual; y considero acosador a quien lo hace e impulsa a los demás a que lo secunde. Y cobardía y cómplice al que lo secunda-
Hay a quien no le van los Me Too; o porque no le van las denuncias públicas, o porque no cree que haya que apoyarse en un colectivo para defender los derechos individuales, o porque son alérgicas a los escándalos .
Ante la vulnerabilidad buscan la fortaleza.
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