jueves, 31 de agosto de 2017

UVAS TORRENCIALES, Torremozas 1986 (Poemario completo)


blog del poeta Manuel López Azorín: Charo Fuentes: "Fueron un tiempo"

UVAS TORRENCIALES

Madrid, Ediciones Torremozas 1986

 

 
 
 
 
PREAMBULO PARA UNA POESÍA NATURAL Y OFRECIDA

Luis Jiménez Martos.  Prólogo deTorremozas

Me encontraba con Charo Fuentes en algunos de esos actos de la poesía (sociedad limitada) o en la calle. Por preciados, donde suena la música de la miseria, fue el último, por ahora, de nuestros paliques. Siempre la misma impresión de hallarme ante una persona muy viva que, como su primer apellido, mana. Hay pocas así. Es justo contar a Charo entre las abiertas, acuciantes por los deseos de hacer, en vilo el afán de los proyectos y de las proyecciones.
- Estoy tratando de organizar unas jornadas de poesía y me interesa que tú colabores.
- De acuerdo
O bien:
_Me voy a Pamplona. Tengo que trabajar mucho allí.
Y en Pamplona, su tierra, sigue, hasta no sé cuando. Es difícil imaginarla inmóvil. Tal vez en la próxima movida sanferminera corra ante los toros por la Estafeta. Su voz al teléfono elimina la distancia y borbotea según costumbre. Es una forma de seguir conversando.
Aquí estoy dispuesto a una faena que no suelo hacer, salvo si se trata de libros míos. He empezado a dar las gracias a Charo y a Luzmaría, que, tenaz y acertadamente, va poniendo títulos y nombres en el catálogo de Torremozas. La revolución de las poetisas no hay quien la pare, en réplica a la perversidad discriminatoria. Me encanta penetrar, casi como un furtivo, en ese cercado, para poner unas letras urgentes,.
Uvas Torrenciales se llama el pretexto de esta colaboración que me honra. En esos vocablos se verifica el enlace de la jugosidad del fruto y del sonido que cae. Una sinestesia muy expresadora nos sale al encuentro, una promesa de lo que vamos a hallar enseguida: dinámica, sabrosa. En el arranque se encuentra todo un programa de e de esa actitud en tres tiempos: uno para llenar de cosas heterogéneas los bolsillos del amado; otro en el que dice: desnudaré mis ritmos y mi imagen/hasta que me desees/ con el alma y el trigo ; y por último el anticipo de una certeza rendida: “ Y dormiré en tus eras/ toda una fértil noche de silencios”.
De Hispanoamérica llegó, durante el primer tercio de este siglo, una erótica, poética y femenina, que supo salirse de la estricta confidencia romántica y, también, de los propios límites del amor, para ser como un estallido natural, como una afirmación anhelosa. Viene a la memoria Juana de Ibarburu, tan diferenciada del acento grandioso y tierno de la Mistral y la vocación sáfica y trágica de la Storni.
Ella significaría una especie de hora cero en el nuevo modo de que la mujer asumiera plenamente su femineidad, su desafío ardoroso, su decidida y conmocionada presencia en la literatura, trazando una frontera que, desde entonces, ha ido ensanchándose. No viene a cuento ejercer, en absoluto, crítica hidráulica, según la denominó Pedro Salinas con donosura socarrona incomparable. Esa onda del Sur supuso una fecundación en toda regla. Ya se nota, por otra parte, que a Charo le bastan sus fuentes; pero no hay duda de que aquella raíz, hoy renovada, persiste. No vacilo al situar Uvas Torrenciales en una atmósfera vitalista, fragante, libre, crujidora y tierna. Tiene lo suyo de turbión que no admite espera para el desencadenamiento, de canto ofrecido, no sin guardar, en lo posible, la ropa identificativa. Fusionarse con el otro, al que se le dibuja triste, incluye contagiarle la alegría, aunque sin que, en el abrazo que se pide, quede borrada quien lo sueña.
Hay dos impulsos en la poesía de charo fuentes. Una se dirige hacia el objetivo erótico con la compañía de referencias naturrales: racimos, pájaros, flores, olor, agua... La garra antirretórica, base de su estilo, busca apoyos en los que en esos “cobíjame”, “trepa”, “yérguete”, “asciende”, entre otras formas verbales dulcemente imperativas. La incitación a la pura desnudez resulta patente y, en doble sentido, porque el otro impulso se concentra en el deseo de iluminarse y traspasar las paredes:”Si no me atenazara, me mordiese/ mi propia soledad tal vez no consiguiera/ romper mi ego concéntrico/ en el círculo abierto de otros ojos.
Al descubrir el yo, al decirnos quien es, nos asomamos a ciertas complejidades de la persona, a una preocupación llevada a los límites de la metafísica. Charo Fuentes no incide en un erotismo a secas ( es un decir) ni tampoco en una reflexión igualmente sin mezcolanza. Uvas Torrenciales viene a ser una suma de latidos. Su palabra se ennuda, por lo común, con ímpetu y exactitud. Poesía directa. Poesía fibrosa. Poesía respirable y, casi siempre, agitada. Su hermosura y emoción crean signos que se derivan de ese fresquísimo trance en que transcurren los poemas.
En el frontispicio, Charo fuentes invoca a Whalt Whitman, tan fundamental para Pablo Neruda. Otra vez América indicando el camino. No resulta baladí que recordemos la cita.”Soy puerto para bien y para mal./ Hablo sin cuidarme de riesgos/. Naturaleza sin freno, con elemental energía” Y recordarla con uno de los versos claves de este libro: “Que toda la potencia se emancipe”.
Es lo que ocurre aquí. A la mujer le adjudicó Antonio Machado “El anverso del ser”, lo que la intimiza. Ahora, en estas páginas, tan temblorosas, el envés y el haz se hallan a la vista. Cuando la poesía no sirve para que quien la escribe se nos revele, en qué poco consiste. Charo Fuentes radiografía a charo Fuentes usando los rayos x de la pasión lúcida. En el remate de esta entrega habla de “impulso” “aliento vital” “fértil contacto”, “luz”, “duende”.
A y otras me remito sin mas explicaciones
Madrid ,enero 1986




















 

Te llenaré de versos los bolsillos,
las cajas de zapatos, los gabanes,
Los cuadernos de cálculo.
arroparé el poema
con encajes y rizos. 
tropos entrelazados, 
semas y virgulillas,
para que tú rebusques en mi mágica ropa
y  desates la enagua a mi palabra.

desnudaré mis ritmos y mi imagen
hasta que me desees
con el alma y el trigo.

y dormiré en tus eras
toda una fértil noche de silencios.


                                 * **


No voy a desprenderme del color de mis ojos.
no de mi voz caliente.
No olvidaré mi sexo arrumbado en tu entrada.
Ábreme tu cancela.
No traigo cascabeles, ni ajorcas, ni tinturas.
Soy mente. Soy oído. Soy corazón. Soy mano.
Puedo luchar, amar, reir a borbotones
layando, codo a codo.
Tu dintel es sombrío.
Franquéame la puerta 
Arrímame una silla en tu costado en flor.
No.
 No voy a desprenderme del color de mis ojos


                                * **


Bucear en el propio subconsciente
es mi forma de quebrar el silencio.

Construyo con sonidos el camino de cabras
que me ayude a alcanzar
un trozo de absoluto, ritmo a ritmo.
Mi pasaje
no tiene mugas. No. No tiene mugas.
A tientas, a empellones
voy trazando mi propio son.
Bailo. Bailas. Bailemos!
Apuremos la rosa, paso a paso,
versículo a versículo.

Devanemos la feria de los modos,
el espacio concéntrico de hoy
en presente continuo.

Ven, espíritu creador,
Padre potencia. Muéstrame el infinito fragmentado.
Píndaro cantaré
para que nunca acabe
esta llama sublime
que nos libera.

                                                        * * *
                                                                                         Alegría, hoja verde
                                                                                          caída en la ventana
                                                                                             - Pablo Neruda-
Mi voz es el ciruelo madurado
rezumante, pletórico de fruta.
Ni un solo verso me sería posible
si no estuvieras tú,
o si no se posasen
los mirlos,los gorriones,
las arrebatadoras golondrinas
en mi para abrevar y enardecerme.

Mi fruto
es el grito de fe
con que yo te devuelvo la alegría
de saberte en mi pulpa.
Soy el que sorbe el aire
que nunca atrapará
y nunca ha de negar
porque sin él la vida no tendría existencia.

Estoy en deuda
con los innumerables pájaros de la tierra,
con todas las hojas amarillas que se fueron,
con las que- coquetonas-
se quedaron para excitarme.
Estoy en deuda con mi padre
y la mano de tiza
que emborronó mi infancia, con todos los amigos que llenaron de imágenes mis ojos
y de ríos de lava mis conceptos.

Allí donde ahira estéis sobrevolando
No os olvido.

                                                          *  * *

 LEYENDA Nº6
                                                                                                       Yo también
                                                                                                                           soy un sueño fugitivo 
                                                                                                                                           J.L: Borges
Cobíjame en la brisa de tu mano
en la punta de luz de tu ironía
en el aura de paz de tu utopía
en el son de tu paso , en el rellano

de tu vuelo de altura y en el grano
de tu verso de trigo. Día a día
ganaremos el pan de la alegría
y el manojo de fe, clavel humano.

Y un torrente vital vendrá a empaparnos
de raíces y tierra, desnudarnos
- maliciosos- de angustia. Amplia la mente

Lúcida la palabra yo te quiero.
Alma y alma, hombro a hombro , compañero
!Tan hondamente, amor! !Tan hondamente!

                                               * * *

A veces las palabras se escapan
y son alas
y risa
y poemas.
Otras veces se duermen
con arrullo de niño entre los labios.
Duermete ea-ea
no llores más, Amor”.
Si pudiera tener entre las manos
mis racimos de vida
cortaría las cintas de mis pájaros,
las plumas de mis flores,
el olor de mis sueños
Hoja a hoja, Amor.

Yo no puedo ser Dédalo
y la tierra me empapa de yerba la cintura,
el alma,las pupilas.
Te quiero, amor.


No.
Soy solo una locura
que dio vida a su nada
y se estrelló en tus ojos
tus brazos, tus rompientes.

No me escuches. Amor.

                                                        
                                                                        * * *


Recordaría a Whitman.
Rechazaría escuelas que yo nunca inventé,
pero toda la yerba
sembrada ha ido creciendo por mis uñas.
No podré renunciar a Garcilaso.
No a T. Eliot.
No a Góngora el barroco.
Soy la gota minúscula
caída en mi ventana, verde a verde...
¿Quién enhebró mis ideas en fuga
y puso la palabra a mi merced?
¿A quién debo ese arranque
de voz que rasga este silencio,
este mutismo sordo que me sangra y me inmola
casi sin un temblor entre los murlos


                                                * * *

                                                                        La sangre llueve siempre boca arriba
                                                                                                                - Miguel Hernández-
Cuando veas temblar
una gota de sangre entre mis versos
no te detengas, sigue.
Yo construyo mis ritmos
a veces de carencias sin cadencias.
Es una metonimis
que ha cambiado de espacio y se ha hecho grana,
voz caliente, mujer,
tierra amapola.
Hazte sangre conmigo.
Súbete a la cabeza,
al pozo de los sueños,del olvido, del hambre.
Trepa. Yérguete. Asciende.
No te detengas. no.
No te detengas.

                                                         * * *

                                                                                La vida no resiste el silencio
                                                                                                O. Elitis    
Quiero evitar la máscara
olvidar la retórica ¿Cómo podría hacerlo
sin renacer en cueros '
Me ha costado romper
mi dulce laxitud, desenterrarme.
Nací. Desnuda estoy.
Debo llorar. Ayúdame a llorar.
¡Golpéame el trasero!
Es mi voz ¡No la escuchas?
Desnúdate conmigo. Estoy latiendo.

                       
                                                                       * * *
                                                                 No me acongojes
                                                                                           con tu pico y tus garras, dios sombrío.
                                                                                           Dios del oscuro amor y noche oscura
                                                                                           Gerardo Diego-
Anhelo.
Ansia de dios convertida en neurosis
en los surcos del hombre.
Lágrimas de carencias infinitas.
Pentagrama de azul entre las patas.

¿Qué palabra o qué cuerpo
se hará gota o rocío
o cántara que sacie
la desazón en el pico del pájaro?
¿Qué brazos o qué yedras
treparán por la nada
hasta sentir la brisa de la cumbre?

Quiero montar en andas
retozar en el carro de la máxima osa,
rotando hasta la fuente
que un corazón flamígero sofoque.

Padre, tu inacabada artesanía
está cansada de trotar.
Arráncanos la ser u olvídanos,
para poder también
evitarnos el hambre de tu nombre.
                                *
Tanto derroche de belleza, tanto
desparramado lujo¿Para qué? Si a hurtadillas
el árbol se desangra y sangra el humus.
Tanto sol, tanta luz, tanto deseo
de crecer y brotar,
¿Para qué? Si sólo el desamor
perfora la corteza.
Tanta voz, tanto peregrinaje, tanta andada
consigo mismos, sólos,
tantas calles y plazas y caminos y rutas
para llegar ¿A dónde?¿De qué mano'


                                      * * *          

EL TUNEL
                                                                                                   A María Iribarne
Dime, María,
que si, que tú intuiste
la pregunta angustiosa que esconde mi ventana
aunque tan solo
un instante atrapado, una ráfaga fuera.

Dime que este gélido túnel acabrá,
que todavía existenciaotro mundo de luz tras la pedriza
y otra voz, otra mano, otra respuesta
para la desolada búsqueda del porqué
de este viaje baldío hacia otro espacio.

Dime que el hombre puede
encontrarse a si mismo perdiéndose en el otro
que, juntando los sueños, copularán las almas
con la misma ternura con que se arrulla el cuerpo,
los ojos, la cintura,
las uvas torrenciales de la materia táctil.
Dime que si!Por Dios!, que ya no logro

continuar el trayecto sola conmigo misma.
Tal vez este equipaje de luchas y carencias
me ha baldado los músculos en noche,
pues me pesa la mente
como un párpado atroz y entumecido
y no distingo árboles ni vanos.

No me dejes aún !Vuelve, María1
Necesito tu oxígeno,
tu dinamita azul en los rieles.
Pico a pico los muros
a gritos, a empujones, romperemos
ste vagón de anhelos en ruta hacia la nada.

                                                   
                                                    ** *


ÁRBOL
                                                              ¿quién eres tú?¿Dónde tus ramas, dónde
                                                                                         las hojas que solías?
                                                                                                          Pedro Salinas
Soledad vegetal
con las manos alzadas siempre al viento, te empinas
en la testarudez
del niño que pretende
acariciar el cielo con sus manos.
Tú observador, tú vital, tú eternamente único
soporte de osamentas de los otros
y sus múltiples ramas, dedos, tronco, raíces.
¿Cómo consigues, cómo, soportar nuevas vidas
y nuevas, nuevas, nuevas
primaveras mulpíparas
que hambrientas te avasallen
poblándote las ansias?
Tú a todos alimentas
con la misma energía vital, el mismoflujo.
Estoy cansada, préstame
tu silente razón, tu permanente,
tu verde fortaleza.
Necesito regar los más viejos anillos
y los más tiernos brotes,
aquellos vivarachos de plumas golondrinas.
Tu sosegada calma quiebra mi pesadumbre,
la inagotable prisa de lo nunca vivido,
mi deseo impertérrito
de mantener erguidas mis propias frustraciones.

Acaso irán cayendo - como el amor- tus hojas
y te veas desnudo como Adán,
desnudo como el alma.
Aquí o allí tu aliento- envidiosa- pregunto:
¿dime el secreto, dime!
¿Dime la ligereza de tus impulsos, árbol!

                                       
                                        *   *   *                                 


AGUAS OCULTAS

Afluye subterránea la tristeza rompiendo
como un filtro de río mis calizas.
Un torrente sin sol gime penumbras
en las entrañas ávidas, la permanente búsqueda
de plegamiento roto que libere
la desazón, la rabia de ser caudal inútil
donde ni árbol ni yerba proliferan.
Como un llanto empañado que clama por nacer,
destila en la epidermis,atenaza los labios,
oculta en la congoja la tímida certeza
de ser hombre vital, hembra profunda.
Zahorí la perforo, giro su separramo
en un cauce de fe, dejándola salir,
perderse, sublimarse, escapar de mis límites,
regata niña
empapando mejanas de alegría.

                                                        
                                                     * * * 

 A fuerza de aguantarme la ternura
por miedo a derramarla como un cántaro
roto, he olvidado
el sonido de los grillos y el olor de la tarde.
A fuerza de bregar en mil guerrillas
y no querer llorar
he negado a mi espíritu
el silencio dorado de los cuerpos,
el fructífero amor
que nada pide y nada niega.

!Qué difícil resulta a estas alturas
entregarse, gota que tiende al mar 
y tiene miedo al río!


                                                           * * *

Si no me quebrantaran
esas crisis de fuego y de penumbras
nunca abría asumido
que soy sólo una hembra
que lucha por hacerse sinfonía
en una partitura inacabable
con redondas y blancas y corcheas y fusas.
Si no me atenazase, me mordiese
mi propia soledad
tal vez no consiguiera
romper mi ego concéntrico
en el círculo abierto de otros ojos.

!Fecúndame tristeza!


                                                            * * *    

                         
Volverán otra vez, quiero que vuelvan
a posarse las aguas. Que caballlos de ébano
desafíen la rabia de las olas.
Que alumbren las mujeres golondrinas.
Que alce el hombre su crin a contraviento.
Volverán, volverán.
Reventarán los ángeles
y caerán sus pañuelos de alborozo
a empaparnos las lágrimas.

Quiero que vuelvan, vuelvan.  

                  
                                                               * **


CANCIÓN DE AMOR A UNAS MANOS

Golondrinas descalzas
trenzadoras de tréboles en los cantos del Arga
yo hallé tus manos,
pintándome de rosas las pupilas,
pintándome de rosas las piedras de la abuela cuesta,
pintándome de rosas los tripticos, el patio, el museo hoy silente.
Tu manos
aleteos de picos y de pasos
de risas y de roces
tus manos.

Frágiles y pequeñas
amé tus manos
como un niño que empieza a vislumbrar sus dedod uno a uno
como si el mundo único, todo y nada
se encerrase en el hueco de tus manos.
!Ay tus cálidas manos!
Pájaro volandero en mi pelo
                                   en mi frente
                                     en mi boca
                                       tus manos
Amo tus manos.
Tus manos que pulsan en mis arpas melodías sin límites,
mis violines, mis flautas,
que alumbran- blancas, negras, redondas, moduladas, cadentes
adagios, pastorales, zorzicos, sonatinas.

Tus manos que remontan mis pinos y los llenan de olores a resina,
a pinochas ya abiertas, a papel aún no escrito.

Tus manos que enfurecen mis olas y las mecen
y las dejan romper rabiosamente
impregnando en ternura la playa silenciosa
las someten, las rizan, las acogen, las duermen.
Tus manos...

                                                      *   *   *                                 

                                                                                                         Ver cómo se alejaban pudiendo retenerlos
                                                                                                                                                 cómo se alejaban
                                                                                                                                        -  Felix de Azúa -
Confieso que no quiero arrepentirme
ebria de vida
de sorberme las nubes.
Primero fue una párvula sorpresa
luego un adulto asombre.
Tus límites, tus vuelos,
tu eterno navegar con las alas izadas hacia Ítaca
me desasosegaron.
Si fuera Blanca Andreu
rasgaría a jirones la sintaxis .
Pájaro. Hombre. Hallazgo. Cataclismo.
Nostalgia de tu buche.

Odio las mariposas en urnas taxidérmicas,
las manos degolladas,
las palomas tullidas.
Te deseo, gaviota.
Confieso que no quiero arrepentirme
de sorberme las nubes
Para mejor mirarte siempre en alza.


                                          ***
 
LIMITES
No sé bien donde empieza mi cuerpo,
donde el alma termina. Dímelo.
No conozco mis mugas, mis borde,
mis bordes de trigo y de gramen.
Tú profeta, tú docto, tú culto, respóndeme. Escucha:
¿Quién me baila en las cejas, el íris, la córnea,
el valle amarillo de robles?
¿Quién impulsa las cuerdas del arpa cuando un niño alumbro
y me miro en su espejo de leche?¿ en su vuelo de alondra, en su trino de virgen caricia?
¿Quién alienta mis puños, mis dientes, mis piernas carnosas?
¿Quién empina en la farra la copa y empapa su pánico?
¿Quién arría bandera bandera en tu cama
y se enreda en tus brazos, tu dorso, tus musgos umbríos?
¿Quién tiene carencias?¿Quién busca absolutos?
No consigo fijar mis fronteras, mis cerros, mi numen.
Dime tú si sería la misma
si mi sexo no fuera el de Nora,
el de Blanche, el de madre coraje,
el de todas las hembras que luchan, que amainan
o que rompen la nada
con un trueno de rabia, una voz que rasguea el ocaso.
Me contemplo. Me palpo. Me busco.
Sé que sólo plena seré
cuando el alma feliz y el espléndido cuerpo en perfecta simbiosis
revindiquen su canto a la vida
rezumante de espíritu y tierra.

                                                  * * *

  Elegiré el silencio
cuando esté mi reloj en su apogeo
y descansaré un poco
en el hombro desnudo de mi rincón. Después
abriré las ventanas
y escorzaré el retrato
que quiero construir ¿En pie de vida!
Iré trazando el lienzo.
Hoy estreno pinceles de coraje.
Mi mano de mujer empuña el sol.


                                                    * * *

                                                                   A Carmen Ayesa y Arantxa Zozaya

¿Asumir el desgarro?
No, no quiero asumirlo. Aún estoy viva
Viva, como los pájaros heridos
que siguen en la brecha.
No. no lo acepto. ¡ Tengo
tantos nidos calientes en las ramas
tantas ansias de melocotonares
de cerezas glotonas
para tí,.
para que tú me muerdas
o me exhibas - fugaz- en tu frutero.
Si aceptase mi ruina
no podría soñar
ni desvirgar mis lutos y mis júbilos.
Mujer granada soy de carne y de madera.
Satúrame de azúcar.
Tan sólo esta agonía se aliviará
si cantas al unísono conmigo.
Desgráname. Quiero quedarme en cueros
y vivir boca arriba, boca al mundo
a pie firme, como viven los árboles
agarrada a la tierra
los brazos extendidos
abierto el corazón
cantando.


                                      ***


Cantaré
con palabras borrachas
y el corazón enfermo de esperanza.
Militaré en las filas del vaivén
lúdico de este juego
que erotiza mi piel y la hace esponja.

Todo me invita. Todo.
Las esporas abiertas copulan con la yerba.
Me bullen en los labios
todas las golondrinas aldragueras del mundo.

Es el lujoso pálpito de la materia vívida,
la receptiva flor de la existencia.
Pero si yo no soy
¿Qué va a quedar de mi
sin este personal y egótico aleteo?
No soy. No quiero ser
solamente yo misma
ser el solo solísimo
que roba de la tierra
el bullir impalpable de los pájaros.


                                                 * * * 


Soy fuerza. Soy pasión. Soy esperanza.
Soy duda. Soy angustia. Soy locura.
Soy fuego. Soy glaciar. Soy aventura.
Soy claridad. Oscuridad, semblanza.


Soy eterna y efímera mudanza.
Soy potente y latente conjetura.
Soy recelo letal, vital bravura.
Soy presente y ausente adivinanza.


No intuyo mi razón. Huyo la muerte
y, aunque sé que es el barro mi destino
voy buscando- insurrecta en el camino


esa mano de nieve que despierte
del barrro al hombre, al alma del ensueño.
Ser todo o no ser nada. Ese es mi empeño.

                      
                      ***
 

                                                                                                                                       Era tan libre
                                                                                                                                      que nunca consistió que otro lo fuera
                                                                                                                                                               J. M. Caballero Bonal
Las reivindicaciones se proclaman
a viva voz
a desesperación abiertas o se achican y mueren
en la acción rutinaria de los días.
No es inútil pasión quien me desgarra.
Rapaces prometéicas
vaciarán mis ojos.
¿quién es aquel que osamentas arrebatarme el fuego,
si sé que sólo su arrebato es vívido'
¿Quién, si sólo su llama
configura mi esencia enfrentándome a Júpiter?



Amárrame.
Poseerás mi cárnica envoltura,
ofuscarás mis órbitas
y seguiré gritando:
!Quiero ser!!Quiero ser!
Déjame que me abrase
o que me estrelle.



                                                               * * *



Mujer.
Mi nombre se grita en desafío.
Se escribe en soledad.
¿Por qué voy a gemir, si está en mi mano
la fuerza del martillo y de la fragua lentísima
donde se amasa el corazón del niño.
Donde se cierne amor
con un beso de madre
en las hogazas vírgenes
y un regazo calientes de erraj y nata.
Yo nunca he de llorar.
No os apropiéis mi voz, ni inventéis gestas
para mejor amarme. Dadme el amor del pájaro,
el de las aguas bravas del mar que me hizo libre.
Si me queréis llamadme,
romperemos la cáscara con un grito de fe y de compañía.
Lucharé con el brío
de saberme como vosotros emperatriz
de lágrimas y búsquedas,
dueña de mis apriscos y mis cados.
E intentaré con mi mejor sonrisa
y mis puños más ásperos
calmar mi sed de ser
artífice de mi propio destino.



                                                                  * * *



Te aferras a tu amor
con neurótico pánico.
Le mesas los cabellos,
lo desgarras a besos los pulmones,
lo aniquilas, lo atrofias.
¿quién osa el vasallaje
de todo lo que nace inaprensible?
Abre tu cuerpo
que lo aniden los hombres.
Serás Baco en las viñas,
Ceres en los trigales,
recolector de pájaros
o sembrador de regocijos frescos.



De par en par la voz,
en par los brazos,
entonces seré tuya.
Tuya la yerba.


                                                    * * *

                                                                                                              Lo mismo que al comer una manzana
                                                                                                                                   se muerde el sol, el viento y las raíces
                                                                                                            V. M. Arbeloa
Los árboles son dueños de la sabia.
Ni tan sólo una flor, ni verdes manos
arreboladas siempre , lucirían
si no existiese el sol que las fecunda,
la tierra que los nutre
de todo lo que ha muertoy – palpitante
continúa su ciclo.
Si yo no fuera sangre ¿cómo iba
a responder a ese grito de sol
que me impregna de zumo verde,
de zumo anaranjado,
empapa lentamente mis sandalias, asciende
bullicioso, trepa como un lagarto,
ronronea como un niño mamón
que se aferra goloso a los pezones?



                                  ***


MATERNIDAD


Mío el cuerpo, la llave,
la duda, la placenta.
Mías las manos grávidas
que estrenan golondrinas o las truncan.
No vas a detenerme.
Soy el agua descalzas donde fluyen, retoñan
los niños manantiales.
Hállame en la ternura
con que miran las hembras
a los árboles hombres,
en la sorpresa tímida
con que rompen los pájaros sus huevos.
Estoy dentro de ti,
savia ansiosa de rebrotar olivo,
pámpano renaciente.
No podrás alejarme,
te seguiré esperando
detrás de cada cuerpo de mujer
de cada cuna.
Hijo confuso,
garabato sin fecha aún, sin nombre,
déjame que te suelte
las alas. Sé tú ¿Vive!
Nunca serás ya mío.


Mía sólo la máxima grandeza, mía la cargazón
de decidir el rumbo de la nave
que te integre -vital- en la otra orilla
o naufrague en la nada.

                                     * * *




No quiero poseer. Quiero asombrarme
de esta explosión de primavera loca.
Renunciar es morir, morir muriendo.
Todo es prestado. Disfrútalo conmigo.
!Tienes miedo! ¿Temer? ¿De qué te asustas?
Nunca renunciaré.
Me llenaré de escarcha
cuando no esté tu vientre
- carnal y poesía-
hecho palabra y hombre
en todas las esporas de mi cuerpo.

                                                            * * * 


                                                                                                                     Sobre la voz que va excavando un cauce
                                                                                                                      qué sacrilegio éste del cuerpo, éste
                                                                                                 de no poder ser hostia para darse
                                                                                                                   Claudio Rodriguez
       


Hoy quiero retractarme de mi búsqueda.
¿Basta ya! Me pierdo en las marañas de mi sangre.
¿De qué me sirve ser si existo única?
Una gota perdida ¿De qué vale?.
Un pétalo no es rosa. Un monólogo
enfrascado en su ombligo ¿Escucha a alguien?
Clamad, clamad, partículas de tierra
abridme las costuras, empapadme.
Que toda esta potencia se emancipe,
que todo el corazón se desparrame.
Quiero jugar al corro !Al corro quiero
en un círculo libre. Formad parte
de todo, ser de todos !Vuestra! Y aunque
nunca me encuentre
fluir trazando vuestros mismos márgenes.


                                                       * * *

Vives.
Apuremos el arco de colores,
las gamas infinitas del azul,
la sutil melodía del violeta.
Nada es verdad, ni es blanco
ni puede poseerse
como una enciclopedia de fascículos.
Apuremos el ritmo de la samba,
la explosión exultante de los cuerpos,
la escandalosa
caricia de la vida

                                   * * *

                                                                                                          Vida, vida latente que con forma de brisa
                                                                                                           con forma de huracán que sale de un aliento
                                                                                                            mece las hojas, mece la dicha.
                                                                                                                                                           V. Aleixandre
Impulso. Impulso. Impulso.
Te quiero, agua hembra.
Te quiero macho sol tanto como a mí misma.
No existe ni un rincón de mis alcobas
ni una sola penumbra de mis peces
que tú no hayas abierto, henchido, satisfecho
con el fértil contacto de tu aliento vital,
de tu luz,
de tu duende,
de tu octava.








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