ACTO II
Escena 7
Escena 5
(SE ilumina centro de la escena y
aparece Miguel Hernández leyendo unos folios. Fondo de la escena
foto de Orihuela o de un campo. Puede estar la foto estática o
introducir en la escena imágenes de Sijé , de cementerios, o de
temas relacionados con la tierra, amapolas, rosa, caracolas. Se
podría ponerse al fondo las imágenes del video de Serrat.
MIGUEL HERNANDEZ :
ELEGIA
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero sel alma tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el
aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi
herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el duelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y
hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los
dientes,
quiero apartar la tierra parte a
parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta
encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera
:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las eras
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras
espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero
que tenemos que hablar de muchas
cosas,
compañero del alma, compañero.
(SE ilumina la parte derecha de la
escena: Fondo la portada de el poemario “El Rayo que no cesa)
Escena 6ª
MARTA! Qué maravilla , abuela, ,
sentir así la amistad y tener capacidad para expresarla. Miguel
Hernández espera nuevamente a su amigo, no quiere que se vaya
definitivamente, le manda que vuelva
ABUELA Sí, Marta, la amistad es una
clase, quizá la más pura, del amor. Ante la pérdida , primero lo
llora y su llanto penetra en lo más hondo de la tierra donde el
amigo se encuentra. Las lágrimas son riego que alimentan la
materia donde el amigo se va a convertir nuevamente en vida. Sijé
será higuera, crecerá alto con las flores, volará y trabajará
con las abejas, estará presente en el arrullo de los labradores,
tomará forma entre las flores de almendro. Pero antes de ese camino
de esperanza, está desconsolado y no perdona a la muerte. Miguel,
en su desesperación, quiere hacerlo volver. Volverá en la
naturaleza, pero quedan todavía muchas conversaciones pendientes
que no se han dicho y deben decirse. Este ultimo verso “Compañero
del alma compañero” forma ya parte de la memoria colectiva.
Cuando hoy alguien dice “compañero“ Sijé vuelve. Tal vez
Hernández se equivocó, Sijé y el poeta mismo no están en la
naturaleza sino en las palabra y el estremecimiento de la voz que
las pronunció.
MARTA - Que cosas dices, abuela, Tu
que sabes leer entre las palabras ¿Dirías que es esa la herida de
la muerte?
ABUELA- Nadie nace aprendido. Hay que
aprender a saber las palabras de la poesía leyéndola despacio con
los ojos y con los oídos abiertos. Yo entiendo, Marta, que es la
herida de la muerte, pero es también la herida del amor, porque si
alguien muere y nosotros lo amamos su muerte nos golpea y es
nuestra también la herida. Y no habría muerte si con ello no se
cerrara la puerta de la vida . Porque las tres heridas, amor, muerte
y vida son la fragilidad de todo el que nace y aprende que a las
tres va a encontrar en el camino.
MARTA : Abuela, háblame del amor.
( La abuela empieza suavemente a
hablar y deja a un lado el libro Se hace la luz más tenue
_
ABUELA_- Se llamaba Josefina Manresa.
Escena 7
( Se ilumina el centro del escenario y
aparece como fondo la fotografía joven de Josefina Manresa)
Josefina es ahora una mujer ya joven,
pelo rizado, rasgos finos, voz un poco atiplada. Ríe de una manera
un poco boba. También aquí puede incluirse el baile flamenco o su
recreación. Hay un video de Josefina Manresa que conviene leer por
si alguna de las imágenes se puede aprovechar, las fotografías, el
tono, el aspecto...
JOSEFINA – Nos conocimos el verano
del 33. Yo era modistilla . Pero nuestro amor tuvo un momento de
ruptura por el dichoso Madrid que de mí le alejaba: Me dijo en una
carta “en Madrid, la gente se puede besar sin que nadie les llame
la atención, por eso me gustaría tenerte aquí, porque aquí
nadie se tiene que esconder para darse un beso."No sé con quien
iba, los dichosos poeta y las poetas, las musas, las pintoras . Ya
les dije que yo era modistilla en
Orihuela, no podía alcanzarle. Luego se arrepintió y volvió a
mí, tal vez alguien le dio
calabazas !Vaya Usted a saber! Me dijo en el poemario “El
rayo que no cesa” “A tí sola, en cumplimiento de una
promesa que habrás olvidado como si fuera tuya” . El caso es que
la pasión y mi negativa a ser suya era dolorosa para él, estaba
herido por el rayo del amor, pero yo no podía hacer nada ¿Que
dirían en el pueblo? A veces íbamos de paseo y yo me escabullía
porque yo sabía lo que él quería, pero no podía ser. El pueblo
no era como Madrid, ni yo como sus amigos de allí. El luego se
marchaba al campo y luego me leía sus poemas. Lee
Sin poder, como llevan las hormigas
el pan en su menudo laboreo,
llevo sobre las venas un deseo
sujeto como pájaro con ligas.
Las fatigas divinas,las fatigas
de la muerte me dan cuando te veo
con esa leche audaz en apogeo
y ese aliento de campo con espigas .
Suelto todas las riendas de mis
venas
cuando te veo, amor, y me emociono
como se debe emocionar un muerto
al caer en el hoyo... Sin arenas,
rey de mi sangre, al verte me
destrono
sin arenas, amor, pero desierto
- Pero estos poemas son del año 34 y
35 , éramos novios y yo tenía miedo pero solo a él, a su pasión.
A él le gustaba llevarme al cine, ya saben , para ponerme el
brazo,(ríe), pero no podía ser, yo no quería. ¿Que iban a
decir?
(se apaga la luz central)