15 "Guardaos de los falsos
profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son
lobos rapaces. 16 Por
sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de
los abrojos? 17 Así,
todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No
puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen
fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así
que, por sus frutos los conoceréis."
Dije alguna vez que mi
generación estuvo atiborrada de trascendencia y así fue. Pero mi generación
también tuvo la suerte de aprender de pe a pa los textos sagrados. ¿Cultura
bíblica? No, mucho más profundo: Ética y honestidad, humanidad y
compasión" el Evangelio". Creo yo que no consiste la bondad y la categoría del
humano simplemente en tener determinada fe, sino en ajustar los modelos de
conducta y los valores a sus creencias. El Cristianismo nos humaniza. Mi generación ha conocido muchas formas
de ejercer esa religión y a muchas personas cristianas con distinta forma de
entenderla, Sabe de algunos que mataron por ella (cosa inaudita porque va en
contra de los mandamientos) sabe de otros que la practican como lobby y medro (igualmente
sabe que Jesús echó a los mercaderes del templo) sabe de otros que la propagan en
vacío, Sabe de los falsos profetas. Y sabe de los santos y santas humanitarias
que la practican en todas las religiones positivas y no castradoras.
Pero sabe también que las
enseñanzas del Evangelio están muy por encima de todos nosotros y conoce gente
justa, honesta y íntegra. Con todos mis respetos, empeñarse en que otro crea lo
que yo creo es una falta de respeto, una intromisión en la vida ajena. Podía
ser entendible en el siglo XVI, pero no en el siglo XXI. El que quiere, busca.
El que necesita, va. Soberbia me parece y egolatría pensar que otro
necesariamente debe de pensar lo que yo pienso, creer lo que yo creo. Porque mi
generación también los ha sufrido y gozado desde que nació por una permanente y
excesiva educación religiosa, creo en la libertad de conciencia, creo en el
respeto a las creencias y los valores plurales míos y de los demás, y creo en
que cada persona necesita un espacio personal suyo donde mejor ajustar
su vida a los valores que quiere practicar, sin interferencias, para dar sus personales frutos.
Quizá eso es más fácil de entender ahora que alguna religión del libro se empeña en convertirnos. Ateos, cruzados, cristianos, judios, musulmanes, budistas, el mundo será mejor con la tolerencia de todos hacia los "otros"
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