miércoles, 13 de octubre de 2021

Por sus frutos los conoceréis (Lc. 6.43-44)

 


15 "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis." 

Dije alguna vez que mi generación estuvo atiborrada de trascendencia y así fue. Pero mi generación también tuvo la suerte de aprender de pe a pa los textos sagrados. ¿Cultura bíblica? No, mucho más profundo: Ética y honestidad, humanidad y compasión" el Evangelio". Creo yo que no consiste la bondad y la categoría del humano simplemente en tener determinada fe, sino en ajustar los modelos de conducta y los valores a sus creencias. El Cristianismo nos humaniza. Mi generación ha conocido muchas formas de ejercer esa religión y a muchas personas cristianas con distinta forma de entenderla, Sabe de algunos que mataron por ella (cosa inaudita porque va en contra de los mandamientos) sabe de otros que la practican como lobby y medro (igualmente sabe que Jesús echó a los mercaderes del templo) sabe de otros que la propagan en vacío, Sabe de los falsos profetas. Y sabe de los santos y santas humanitarias que la practican en todas las religiones positivas y no castradoras.

Pero sabe también que las enseñanzas del Evangelio están muy por encima de todos nosotros y conoce gente justa, honesta y íntegra. Con todos mis respetos, empeñarse en que otro crea lo que yo creo es una falta de respeto, una intromisión en la vida ajena. Podía ser entendible en el siglo XVI, pero no en el siglo XXI. El que quiere, busca. El que necesita, va. Soberbia me parece y egolatría pensar que otro necesariamente debe de pensar lo que yo pienso, creer lo que yo creo. Porque mi generación también los ha sufrido y gozado desde que nació por una permanente y excesiva educación religiosa, creo en la libertad de conciencia, creo en el respeto a las creencias y los valores plurales míos y de los demás, y creo en que cada persona necesita un espacio personal  suyo donde mejor ajustar su vida a los valores que quiere practicar, sin interferencias, para dar sus personales frutos. 

Quizá eso es más fácil de entender ahora que alguna religión del libro se empeña en convertirnos. Ateos, cruzados, cristianos, judios, musulmanes, budistas, el mundo será mejor con la tolerencia de todos hacia los "otros"



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