jueves, 31 de marzo de 2022

LA GUERRA DE PUTIN



Sumo mi condena de la guerra a todas las condenas de la gente de bien. Si las imágenes de esta guerra me resultan insufribles, no puedo imaginar el sufrimiento de los que la padecen y me siento solidaria con ellos aunque nada aporten la palabra y la condena Y, aunque de nada sirvan las voces de los seres de buena voluntad entre los que quiero situarme, yo uno la mía a todos ellos, las de los hombres y mujeres que condenan esta y todas las guerras ofensivas y a los que las provocan. Lo mismo que las ratas penetran a mordiscos en un terreno y lo ocupan, o la perdiz mata a picotazos y el león orina para fijar sus lindes, el ser humano demuestra su animalidad en eso que la civilización llama "geopolítica" cuando la impone y que no es otra cosa que dar rienda suelta a sus impulsos primarios de expansión. No se conforma con lo que ya tiene y roba al otro, y se apodera del espacio, petróleo, salida al mar, minerales o influencia política o económica. La codicia es un instinto. La frialdad de Putin me resulta repugnante y viscosa. El llanto de un niño hospitalizado lleno de tubos y heridas que llama gimiendo a su padre, es la llamada a todos los padres del mundo. El derribo de las casas donde vivían familias pacíficas como las nuestras es el derribo de toda nuestra civilización y sus valores. Espero que Putin - - y sus generales y consejeros- sean juzgados con la misma dureza de los juicios de Nuremberg, Putin demuestra la bestialidad y la impiedad de un ser implacable

domingo, 20 de marzo de 2022

Álamos del amor que ayer tuvísteis/

 

Álamos del amor que ayer tuvísteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas


A Machado

 

Me gusta mirar el vuelo de los pájaros y su alborozo. No tienen quizá conciencia de su felicidad, pero tal vez no importe, son – parece – felices, por eso cantan y se entrecruzan jugando a tú la llevas en su vuelo. Los ruiseñores idos son como una metáfora de esas fotos antiguas, imágenes nuestras de las primaveras juveniles, los pasionales veranos; y el marco donde asoma la foto es verde y agua, ingenuo y oloroso. Miramos las fotos del álbum viejo y, contrariamente a lo que recordábamos, constatamos que somos nosotros y nos encontramos guapos ¿Cómo pudo ser? Nadie, o muy pocos cuando es joven y guapo o guapa se recrea. No se lo cree. No tiene conciencia de lo que tiene ni de que se va a perder. Está lleno de inseguridades y complejos e ignora su atractivo, En disconformidad con su naturaleza, no se sabe y quisiera ser más alta, alto, más delgada, más guapa. Lo sabe cuándo ya se ha perdido.

Los ruiseñores suaves que escapan con sus trinos se nos asemejan al esplendor perdido. Esa plenitud que no es únicamente la belleza ni la juventud sino esa alegría, ese júbilo, esa felicidad:  Los álamos del amor con ruiseñores y las fotos en color son como la felicidad que voló en desbandada de la que no tuvimos conciencia y que ahora anida en el recuerdo.



miércoles, 16 de marzo de 2022

Esa Felicidad

Una pregunta en qué consiste la felicidad y no lo sabe. Sabe quién no es feliz, el que golpea, trama insidioso, quiere controlar y no sabe acercarse afable y receptivo.El que no se arrepiente y daña. El que miente, denigra , desprecia, manipula, aísla. El que basa su triunfo en aplastar a la mariposa y le duele su vuelo. El que se oculta. El siempre airado. El que se queda mudo y no halla en el diccionario palabras cariñosas. Y una se pregunta con tristeza cuando empezó su ira. E intenta entender cual  fue el daño, quién lo causó, cual sería el remedio. No sirven las palabras, la Felicidad es un pájaro al vuelo, una rosa que nace y aún no se aja, unos ojos abiertos. Mirar el pájaro, oler la rosa , ver el cielo y sentirlo. E intentar entender que nada se detiene

lunes, 7 de marzo de 2022

DÍA DE LA MUJER 2022 : MADRES DE UCRANIA

 

Madres de Ucrania

 

Los niños no lo entienden

andan a pasitos o  van en brazos de las madres 

que corren a los trenes suben a los autobuses y los coches

 atraviesan los días y las noches con un interminable traqueteo

 las madres cruzan calles, ciudades, procesionarias  

orugas blindadas que rampan con sus cargas mortíferas  

 caballones de tierra removida y trincheras urbanas

algunas durmieron al raso y siguieron andando   kilómetros andando.

las madres resistieron sin volver la vista atrás 

y no como lo hiciera la mujer de Lot 

ante la destrucción y el caos

salieron previsoras de estampida

hace frío y horror y ellas resisten

cruzaron la desolación    no se amedrentan

resisten 

llenas de brazos   carritos infantiles   energías   bolsas   resolución  

 biberones de leche abandonan ciudades 

con sus niños acuestas, entran por las fronteras

ángeles   samaritanos   ONG   Cruz Roja   voluntarios   médicos   periodistas del mundo los atienden.

los niños se acumulan en la aduana 

bien abrigados con plumíferos mochilitas y gorros y silletas.

los pequeños no entienden,

 comen sus bocadillos y comida caliente

y las madres resisten

otras siguen guardando su escondite

 al pie de guerra

 protegiendo a sus hijos ya curtidos 

que defienden Odesa   Kiev   Járkov   Jerson o   Mariúpol

 mientras a su alrededor caen los misiles 

se precipita el mundo y se derrumba  

 madres añosas que esperan a sus hijos y los cubren

 embarazadas jóvenes que paren bebés en los refugios

algunas se quedaron hasta casi el final

salen ahora 

por la inminente entrada de los tanques 

y la ferocidad del bombardeo.

 Abrazan a sus hombres   se despiden. Otras siguen ocultas

 en la cola infinita van andando 

ligeras hacia tierras abiertas

 con la mochila y bolsas y pequeñas maletas 

  con ancianos y niños 

se alejan de su patria entre la nieve

las madres ucranianas 

llevan en sus valientes brazos firmes

 la patria de los niños   aunque se vayan lejos 

va con ellas  la fortaleza

 la patria de los niños es su madre

y las madres resisten aunque partan, 

volverán por sus hijos,aunque ahora

 se alejen de la nieve en Ucrania