Sobre el escritor agustino Pedro Malón de Chaide y su obra “La Conversión
de la Magdalena” la edición crítica definitiva fue publicada por Instituto
de Estudios Auriseculares (Idea) en 2014. Edición de Ignacio Arellano, Jordi Aladro y
Carlos Mata Induráin. Ignacio Arellano es catedrático de la Universidad de
Navarra y especialista en la Literatura del siglo de Oro. Jorge Aladros es profesor
de la universidad de California y especialista en Malón de Chaide, sobre el que ha pubñicado numerosos estudios; Carlos Mata es
investigador, profesor de la Universidad de Navarra y secretario del grupo GRISO.
El estudio fue publicado por la Universidad
de California y la Universidad de Navarra con la colaboración del Ayuntamiento
de Cascante y de la Asociación Cultural Amigos de Cascante, Vicus. Es,
entiendo, una de los hitos, tanto del Ayuntamiento de Cascante como de la
Asociación Cultural, Vicus, que cerramos con la publicación crítica de la obra,
los actos de Centenario del agustino, nacido en Cascante y que celebró la ciudad
en 1989-1990. No es una obra fácil de leer, intento un pequeño apunte:
Abundan las obras literarias con contenido filosófico que son tratados sobre el amor La Biblia y El Cantar de los cantares; Erich Fromm y El Arte de Amar; Ovidio y Ars Amandi; Platón y los Diálogos como “El Banquete”; Ibn Hazm y El Collar de la Paloma, Marsilio Ficino y De Amore; Dante Alighieri y La Divina Comedia; Goethe y Wherter. Son obras que demuestran que hay una gran Literatura que sustenta en ella misma Filosofía, Amor y Trascendencia. El Amor platónico; el Amor Udri el Neoplatonismo; el Romanticismo; el Idealismo o la Escuela de Frankfort son filosofías y teologías y literatura.
El tema amoroso en La Conversión de la Magdalena es central en Malón. En la voluntad del agustino las tres líneas argumentales Amor, Filosofía y Teología no se excluyen, sino que se concilian. Hablamos de un profesor universitario que domina la Oratoria, la Filosofía, la Teología y la Historia Sagrada pero que defiende la belleza y viveza de la lengua castellano, apoyado en citas de autoridades; de un escritor que cuida el estilo en el que recrea la historia que nos cuenta; un gramático que discute la Fonética; un predicador que imparte doctrina; un prosista lujoso; un poeta conocedor de la métrica que maneja con maestría. Estamos leyendo a un literato y digo literatura, ya que hay en nuestro escritor una voluntad de estilo que rebasa lo puramente teológico o filosófico o doctrinal para adentrarse en la creación literaria; y la voluntad de utilizarla para sus fines como predicador, hablar de Religión y aleccionar a los lectores. Es la prosa la que prima y da valor a la obra.
Son comunes en la poesía de Malón y Fray Luis de León, ambos agustinos, los comentarios de los “Salmos” en verso, la recreación del Cantar de los Cantares o el elogio del “Beatus ille”, más personal y poético en Fray Luis. Aunque rechace Malón el género lírico amatorio de Boscán o Garcilaso, sucumbe a su influjo, ya que a ambos debe las estrofas que emplea entremezclada con la prosa, pues, como Fray Luis, su métrica habitual es la muy renacentista italiana con la utilización de versos heptasílabos y endecasílabos en forma de liras, silvas, octavas, sonetos o tercetos encadenados.
Por beber de las mismas fuentes y estar inmerso en la misma tradición y época histórica, en Fray Luis de León, el carmelita San Juan de la Cruz y el agustino fray Pedro Malón de Chaide son habituales y están presentes con sentido alegórico, los mismos términos y metáforas, aunque con mucho mayor lirismo, en San Juan de la Cruz. A mi juicio, lo que es experiencia lírica personal en el fray Luis y rapto místico en Juan de Yepes, es una perífrasis bíblica en el tercero.
Malón bebe directamente de la Biblia y de San Agustín, pero es influido por el pensamiento de Pico de la Mirándola y el del filósofo florentino del siglo XV Marsilio Ficino, que aspiraban a la fusión del platonismo con el cristianismo. Demuestra destreza en el conocimiento humanístico y entre las citas de autores que trae Malón de Chaide al texto para hablar de amor recrea un poema del Ars Amandi de Ovidio, la historia de Icaro y sus alas plegadas.
La Magdalena, pecadora, se salvó, porque amo mucho..El amor es un eterno tema literario que no envejece, porque ocupa la voluntad del hombre y de la mujer de salir de si mismos y fundirse en otro. En el agustino del siglo XVI, fray Pedro Malón de Chaide, el Amor era fundirse en el amor de Dios.