jueves, 21 de diciembre de 2023

JULIO PEREA, AMIGO

 


Hoy ha muerto un hombre bueno. Era mi amigo maestro entregado, melómano entendido, gran deportista, político honesto, persona generosa, marido paciente, padre orgulloso, buena persona. Unas sencillas líneas para dar las gracias a quien tanto nos dio, Julio, al que nos enseñó Granada y nos acompañó desde el Albaicín a la Platería, desde la Alhambra hasta las Alpujarras, desde el Padul hasta la ruta triste de la Fuente de las lágrimas. Granada, la bellísima, en mi exilio injusto, fue, gracias a Julio y sus familiares una oportunidad de amar, amar en ella el Sur como merecía ser amado– No hubo feria, ni procesión, ni acto digno de ser visto que no degustásemos. Granadino de Bubión, disfrutaba enseñándonos las entrañas de su Andalucía. Nunca conocí a un político menos pretencioso, menos abusón de su estatus; daba a su partido -el socialista-  más de lo que recibía, porque era idealista y machadiano.

Hace un par de meses estuvimos en Granada y quisimos vernos, pero estaba acompañando en el hospital a su mujer, nuestra también amiga Asun, que estaba muy grave. Hablamos por video conferencia. No pudo ser, no nos vimos, hoy me dicen que quería despedirse de nosotros; él lo sabía, nosotros no.

Escribir unas líneas sobre él en mi blog, lejos de Granada, en una tierra en que pocos, excepto los senderistas navarros, le conocerán, no es para mí baladí. Porque no puedo dejar pasar el día de su muerte sin compartir, aunque sea en una nota breve con todo el que  lea, el dolor por su pérdida, su grandeza humana y mi agradecimiento. Aunque quizá ya él no lo sepa, ni lo oiga, ni dónde, ni cómo, decir: Julio, amigo: Muchas gracias por todo. Qué pena que te marches.

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