Meditando, cosa de estos días de silencio, pienso en las palabras y sus definiciones, que están condicionadas por lo que designan. Muy a menudo sigo meditando en mi condición de mujer, pues no estoy segura de que mi pacifismo me haya sido positivo. Hay tres palabras que definen la situación de prepotencia y enfrentamiento masculino, que no todos practicam, dicho sea en el elogio de los impracticantes: "Patriarcado", "machismo" y "misoginia". De las tres, hay solamente una que no tiene solución ni medicina, la "misoginia". El odio a la mujer. El odio mata, denigra, degrada y cosifica. ¿Y por qué el odio?. Reflexiono que por cobardía, desconocimiento, complejo, mal entendido amor propio o apego al amor de nacimiento que resulta vulnerado si se ama a otra mujer, porque se vive ese segundo amor como un desafío al primero. El odio destruye al que lo siente y (si no se quita de en medio) al que lo recibe.
También hay mujeres misóginas
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