“Llora como una mujer ya que no supiste defenderla como un
hombre” Son palabras de la sultana madre Aixa a Boabdil el chico ante la pérdida
de Granada
Me dice una amiga muy inteligente que no le gustaron las
lágrimas de Chivite, que es utilizar armas de mujer. Reflexiono y pienso que a
mí tampoco, que es verdad, que tiene razón, que una presidenta que llegó a ese
cargo, se supone por capacidad de liderazgo, no llora; asume, encaja y actúa. Que
no imagino yo lágrimas de Uxue Barcos de Geroa Bai, ni de Yolanda Barcina, de
UPN, si se hubiese dado una situación análoga, ni de Merche Aizpurúa, la de
Bildu. En este caso, las lágrimas de la presidenta dan prueba de su debilidad,
la falta de entereza política; o un intento de conseguir piedad de los que la
veíamos, un hacerse perdonar cuando se dirigía a la ciudadanía. Ojos bellos, sin
sus habituales gafas que la alejen de la mirada ajena, ojos sin barrera. (seguro
que se lo aconsejaron los asesores de imagen)
Pienso que Barcos tenía claro el proyecto por el que luchaba,
Barcina tenía convicciones fuertes, y ni qué decir de la férrea Aizpurua. Tal
vez no tanto Chivite, porque ha llegado al poder, a mi juicio, puesta convenientemente
como reclamo, una mujer joven y guapa que pueda parecer bien al feminismo para
atraer sus votos; ribera, para que consiga votos de la Ribera, más hostil al
vasquismo que la cuenca o la montaña. Y una política suficientemente manejable.
Siento decir esto, pues apoyo al liderazgo de la mujer. No quisiera que mi juicio pareciera desprecio por la capacidad de Chivite, pero creo que a su
favor ha pesado lo anteriormente expuesto, joven, mujer, ribera y manejable. Chivite, pienso, es manejada desde Madrid por Sánchez
y desde Navarra por Cerdán y hace lo que le dicen. Dudo que en su fuero interno
se plantee su propia línea de actuación que no esté condicionada desde arriba. Claro
que a estas alturas yo tampoco sé la coherencia del PSN y menos del PSOE. Me parece triste para
ella y triste para las mujeres, ya que nos gustaría que los desaguisados de la
política del gobierno socialista no la hicieran llorar sino empoderarse
No llorar como mujer de 1492, es actuar como mujer de 2025,
defender Navarra, la Constitución y la honestidad política. Porque sacar a relucir la propia valía sin obedecer y la decencia
propia, no la pondría en riesgo de salpicaduras de chanchullos ajenos.
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