miércoles, 11 de julio de 2018

La Procesión de San Fermin

 
                                                               La procesión de San Fermín se celebra desde el S. XIV - RTVE.es
 
 
PROCESION DE SAN FERMIN, MOMENTICOS

No habrá en el cielo otro santo más jaleado. Famoso, más famoso que todos los famosos. Porque no importa el tiempo, su persona se mantiene en cartel año tras año y no va a menos nunca sino a más:

- ¡Viva San Fermín!

Líder de masas, en tiempos en que la presencia de los santos suelen ser discreta y sale poco en los medios, su nombre invade el mundo: artículos, carteles y programas de fiestas; su imagen abraza cuellos de pañuelos. Si en la Gloria nos escuchan, deber sentirse un poco sorprendidos porque sus fieles y sus admiradores lo seguimos sin desmayo a través de los tiempos, sin que pase de moda :

- “San Fermín”, “San Fermín” .

Su nombre año tras año, para sí quisieran ese seguimiento los actores americanos. Todos los sietes de julio, antes del !pun! del chupinazo un !Viva! Y un !Gora! traspasan las nubes, digo yo si saldrán sus compañeros celestes a avisarle:

- “San Fermín , que te llaman”.

¿ Subirá la algarabía hasta los oídos del Santísimo.?

!San Fermín!, !San Fermín!, !San Fermín!.

Desde horas tempranas durante siete días el clamor al santo se extiende por Pamplona y llega a las galaxias. Le invocan los corredores con periódico en ristre desde par de mañana; lo llevamos en la boca la ciudadanía cuando hay lío y queremos que cesen las peleas; le cantan las peñas; lo pintan las pancartas. Hoy, que es el día que se procesiona, lo pasea el Arzobispo, el Cabildo revestido, la Curia diocesana; lo acompaña el Alcalde y el Ayuntamiento con sus ediles; lo arropa la ciudadanía, los gremios de Carpinteros y Labradores; la Congregación mariana y la Hermandad de la Pasión ; le ponen flores los chiquillos; le cantan su jota en la Plaza del Concejo; le saludan con el “Agur Jaunak junto al Pozico

La procesión va presidida por el cortejo de los gigantes, que acompañan al santo a la entrada y la salida a la misa solemne en San Lorenzo. Es el mismo ritmo el que marcan los europeos rubios y fornidos Joshelmigueleico y Joshepamunda que el de los asiáticos Sidi abd El Mohame con su turbante de media luna y Esthera Arata su chica; bailan como peonzas los africanos Selin Pia Elcalzao, su novia Larancha-lalos y lo americanos Toco-toco y Braulia. Cabritean a su lado los zaldicos, con ropones rojos y sombreros de tela hechos un rulo, trotando en caballos de cartón; persiguen a la chiquillería los kilikis de levita, Cara de vinagre a la cabeza, pegando maporrazos con la verga.

San Fermin, San Fermin

Flanqueado en la calle Zapatería por las ilustres autoridades de la plaza, ellos revestidos de chaqué y sombrero de copa o ellas de roncalesas con corpiño verde y falda negra, el santo moreno se alza hacia arriba con su capa de oros y rojos y su báculo, chiquito y tieso, por las rúas empedradas de la ciudad histórica. Ceñido por maceros con mazas como de una baraja de Heraclio Fournier y por dantzaris, todo trascurre sin incidentes hasta que, en las zonas más vetustas y angostas de la calle Curia, zona de los navarriensis, algún pata increpa e insulta a los ediles y lo fastidia. Otros aplauden y lo arreglan:
“San Fermíín,San Fermin”

La procesión del co-patrón de Navarra tiene un sello tan serio como vistoso. Es acto solemne y obligado para los pamploneses de siempre, lo que no impide que el multicolor cortejo lo torne masivo y bullanguero. No atiende a las canciones tristes de otras famosas procesiones sino a las populares, tan nuestras, de charangas y txistus, de jotas riberas y zorzicos vascos. Y no hay papirotes sino pañuelos rojos; y no son cofradías de cofrades mayores quien lo lucen, porque cada año hay mas silletas de niños y padres y madres y abuelos que se enganchan. Esta mañana, el santo desfilaba entre maceros y mazas, policías munícipales de chaleco verde y multitudes amantes de su fiesta. Con sus ojos grandes y abiertos y su capa, arropado por toda la corte, avanza San Fermín, tostado y protector, navarricamente agasajado entre júbilo y penas. Mirones y espectadores a ambos lados de las aceras, unos rezan, otros incluyen la procesión en lo que se debe ver de la fiesta de sanfermines, otros recuerdan en pasado, otros siguen la tradición; todos contemplan

A San Fermín le pedimos que nos eche el capote y que nos proteja hoy, tiempo duro, en este encierro doble de los que corren y de los acorralados, por los que van y por los que miramos, por los hijos grandes y los nietos chicos. Como es nuestro líder y es un santo taurino y famosísimo le llamamos:

“San Fermín”, “San Fermín”,

con muchos decibelios como todos los años.

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