Noviembre I Camposanto
Ha acabado noviembre sin ir al camposanto.
Lo dudé algunos días, luego decidí que a los difuntos, a los que de verdad quiero, les
importo demasiado y no les gustaría ver peligrar mi salud por el Covid, tanto les importo como a mí me
importaron, tanto como ahora los siento. Desistí. antes del 1 de noviembre, para la fecha del 2, día de los difuntos, barro y friego el panteón mientras rezo, pongo un mantel blanco con puntillas
en el altar, las velas en los candeleros, las flores - que
ya no son los crisantemos de otoño ni las dalias de la huerta- quito el polvo con pronto, cepillo a los reclinatorios de deslucida tapicería
rosa e interrumpo el rezo porque me distraigo: Misterios de dolor : - Santa María , Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores”-
-" No nos rezarás” . Claro que sí, que les rezo. Sé que es lo que ellas esperan, aunque se me vaya el santo al cielo y tenga que recomenzar el rosario la tira de veces, y los misterios, y los padrenuestros y diga la letanía como me la sé, en latín, que fue en aquellos tiempos cuando la aprendí de carrerilla y no estoy ahora para otros aprendizajes. Amar a los que te amaron, respetarlos y honrarlos. No me gusta la muerte, me enfada, es totalmente irracional mi cabreo, pero una se empecina en sentir y no en racionalizar, y me fastidia y me rebela y me enfurruña. Siempre dije que la desalmada muerte me enseñó su dentadura cuando no tenía capacidad para asimilarla. Cuando se es niño- niña- sería demasiado grande el dolor porque nos destruye y no puede asumirse. Nos cubrimos con la negación e inventamos una realidad paralela, y, aunque parezca que no nos enteramos en el momento, luego explota en forma de evasión: pintamos, escribimos, soñamos. Así la viví yo, siempre en el hueco de mi mano, a mi lado, el envés de la luz que era su sombra. Su cercanía ahora, y el arreglar medianamente el panteón y su capilla y estar a solas lidiando con la escoba y las telarañas, va quitándo el barniz de mito malo y descubriéndose la muerte como realidad que nunca quiero próxima. Noviembre es un mes cargado de significados.
El 19 era Santa Isabel El nombre de mi ángel guardián, que ahora yace. Podría decir que tía Isabel era mi ángel, pero eso de los ángeles suena cursi y blanco y mi tía Isabel era seria, recta y morena. Cuanto más cerca del corazón se mete una persona, más difícil es hablar sin desnaturalizarla. Yo sé que soy quien soy gracias a ser aceptada, amada y protegida, aunque fui y soy totalmente distinta al papel asignado. Fui asumida. y querida. La muerte me quitó y la vida me dio, no etérea, aunque amorosa, el plus de una generosa y recta Ángela de la guarda.
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