sábado, 3 de julio de 2021

AL CAMINANTE DE CÍVITAS CASCANTUM

 

    


       
  AL CAMINANTE  DE CIVITAS CASCANTUM

 

Tú que pisas la piedra, caminante

escucha lentamente la leve crispación que levantan tus pasos al remover el polvo

de mi oculta presencia.

Si te cuento la historia el lenguaje será desconocido.

Era lengua del lacio que conformó la tuya,

sobre lengua celtíbera se afianzo la latina

pues que aquí la trajeron los soldados

por todas las calzadas que salían de Roma hasta la Hispania.

 

En este somontano, hoy cubierto de flores

estaba la cívitas amiga de Tiberio

donde nací: Cascantum

 

“Dentro de la organización Tarraconense

en el convento cesaraugustano”, escribió Plinio el Viejo

Atravesada por la vía Romana de la Tarraconensis por Cesaraugusta a Calagurra

fue undécima mansión según itinerario de Antonino

Esta ciudad se rigió por el fuero viejo ya con Octavio Augusto

Ciudad de los vascones la llama Ptolomeo

Alcanzó ciudadanía: “Municipio romano”, lo escribió Tito Livio

y tuvo el privilegio de tener ceca y acuñar moneda:

ases y semises de bronce con la efigie de un toro y la cabeza laureada de Tiberio.

Alzó los templos, quizá donde ahora pisas; construyó las calzadas

se bañó en las termas, rotuló granos,

hacia la Galia o Roma

exportó aceites en terrosas ánforas

 

Tuve a gala vivir en este territorio donde moras.

Mi legión combatió contra Sertorio, a favor de Pompeyo. Fui centurion

fui magistrado propio de la ciudad, diunviro cascantino

vestal, recaudador, élite enriquecida, acuñador, sacerdotisa, siervo

esclavo, legionario, comerciante, matrona.

Morí de muchas muertes

Al fin, polvo de vida que molieron las ruedas de las cuadrigas.

 

De aquello queda el lema de “Civitas Cascantum”, “arcillas sigilatas, pavimentos

dinteles, piedras desmoronadas, monedas, inscripciones, “opus signinun”

objetos enterrados pasto de buscadores y rapiñas.

 

Por Júpiter, por Venus de nada me sirvieron los laudes ofrecidos

pues como humano yazco.

 

Caminante que llegas y que pasas

si pido que me escuches, que excaves

del polvo del olvido lo que debajo late

no es para que te envanezcas de mi gloria

sino porque, piadoso, recuperes mi memoria: Cascantum

y el sacro territorio de tu Historia, tan basto como el tiempo

donde un día yacerás conmigo.

2 comentarios:

  1. Inspirador poema, cada vez más necesaria esta mirada hacia el pasado para no olvidar y saber de dónde venimos. ¡Gracias!

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  2. Gracias a ti por leerme. Sí, ya que mirara a atrás para avanzar

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