AL CAMINANTE DE CIVITAS CASCANTUM
Tú que pisas la piedra, caminante
escucha lentamente la leve crispación que levantan tus pasos
al remover el polvo
de mi oculta presencia.
Si te cuento la historia el lenguaje será desconocido.
Era lengua del lacio que conformó la tuya,
sobre lengua celtíbera se afianzo la latina
pues que aquí la trajeron los soldados
por todas las calzadas que salían de Roma hasta la Hispania.
En este somontano, hoy cubierto de flores
estaba la cívitas amiga de Tiberio
donde nací: Cascantum
“Dentro de la organización Tarraconense
en el convento cesaraugustano”, escribió Plinio el Viejo
Atravesada por la vía Romana de la Tarraconensis por
Cesaraugusta a Calagurra
fue undécima mansión según itinerario de Antonino
Esta ciudad se rigió por el fuero viejo ya con Octavio
Augusto
Ciudad de los vascones la llama Ptolomeo
Alcanzó ciudadanía: “Municipio romano”, lo escribió Tito
Livio
y tuvo el privilegio de tener ceca y acuñar moneda:
ases y semises de bronce con la efigie de un toro y la cabeza
laureada de Tiberio.
Alzó los templos, quizá donde ahora pisas; construyó las
calzadas
se bañó en las termas, rotuló granos,
hacia la Galia o Roma
exportó aceites en terrosas ánforas
Tuve a gala vivir en este territorio donde moras.
Mi legión combatió contra Sertorio, a favor de Pompeyo. Fui
centurion
fui magistrado propio de la ciudad, diunviro cascantino
vestal, recaudador, élite enriquecida, acuñador, sacerdotisa,
siervo
esclavo, legionario, comerciante, matrona.
Morí de muchas muertes
Al fin, polvo de vida que molieron las ruedas de las
cuadrigas.
De aquello queda el lema de “Civitas Cascantum”, “arcillas
sigilatas, pavimentos
dinteles, piedras desmoronadas, monedas, inscripciones, “opus
signinun”
objetos enterrados pasto de buscadores y rapiñas.
Por Júpiter, por Venus de nada me sirvieron los laudes
ofrecidos
pues como humano yazco.
Caminante que llegas y que pasas
si pido que me escuches, que excaves
del polvo del olvido lo que debajo late
no es para que te envanezcas de mi gloria
sino porque, piadoso, recuperes mi memoria: Cascantum
y el sacro territorio de tu Historia, tan basto como el
tiempo
donde un día yacerás conmigo.
Inspirador poema, cada vez más necesaria esta mirada hacia el pasado para no olvidar y saber de dónde venimos. ¡Gracias!
ResponderEliminarGracias a ti por leerme. Sí, ya que mirara a atrás para avanzar
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