RAMAS DE VIENTO , CORDOBA
Las palmeras de jaspe se entrelazan
construyen acueductos de piedra y de cinabrio
que trasportaron suras
de arqueria a arquería
y fluyeron sonoras, como el agua en los ríos.
La inmensidad de un infinito bosque
de luz y bermellón, dobelas
se superponen
como las religiones y los dioses, unos encima de otros.
Romanos restos, visigodos, capiteles
labrados los arcos de herradura rezan
susurran salmos , piensas
las campanas de bronce
fundidas o reconquistadas, e intuyes
genuflexiones, cívitas , postraciones alfombras, libros de pergamino
Imaginas
toda la inmensidad de dios en esta planta
de 23.400 metros cuadrados
en este espacio en el que lo sagrado prevalece
hecho materia dura
mas que el poder del hombre
como un dolmen eterno de victoria.
Más que los infieles y sus estardartes
más que los fieles y sus los pendones y banderas
más que los credos, los imanes, los sumos sacerdotes, los obispos,
Mírala bien
más que la Meca y más que Jesucristo
perdura su armonía.
Muerto el poder aquel
polvo las manos matemáticas que la edificaron
apagadas las toques de oración o los latines
no escuchas muecines, no el redoble de campanas de bronce rapiñadas,
no las reconquistadas
ni penden las cabezas como badajos sucios
Solo escuchas silencio, el hueco de la voz del hombre que suspira.
Tocas ese vacío
de los que lo imploraron ( Oh Dios de los infieles y los fieles.
Oh tú el más compasivo, el misericordioso)
Y entre la algarabía de un grupo de turistas que, como tú, se asombra.
sueñas la trascendencia
leve y etérea, como ramas de viento.
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