viernes, 16 de abril de 2021

 

El Último Verano”

 ( A mi madre)


 

Su mano pequeña quería desasirse

Era  un pájaro tibio que no podía levantar el vuelo.

Aéreos  sus huesecillos menudos

su piel herida y trasparente.

Me bastaba

 pasar la tarde sintiendo su leve latir

su pequeño corazón gastado

 abrir sus dedos y acercarlos  a mi corazón triste .

¡

Era una niña en la fiebre de julio

sentada en la ventana del jardín

sobrepasado el  tiempo .

En su cuerpo doblado

la belleza amorosa

 desde el amanecer hasta el declive.

 

En sus ojos redondos y encogidos

 yo medía el tamaño

 la fuerza y la grandeza de su luz

y cuando se cerraban o se hacían opacos

  intentaba  sacarlos de la bruma

( lejano ya aquel  el día que  alumbraron los  míos).

 

Me bastaba

pasar la tarde sintiendo.

 

 Y se fue quedamente, en un sueño

sin despedirte, madre, desasida.

Dejándome en tu marcha

estas  manos estúpidas y solas

 sin sabia y sin calor , tendidas al vacío

 

 

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